Todavía hace frío en la meseta tibetana, pero con la llegada del "lixia" el jueves, el inicio del verano en el calendario lunisolar chino, los pastores locales esperan con ansia disfrutar de los melones.
Es la temporada de esa fruta en la vecina región autónoma de la etnia uygur de Xinjiang y la fruta fresca se apila a la orilla del camino en espera de ser trasladada por las montañas Kunlun hasta la meseta por la carretera Xinjiang-Tíbet.
"Hace menos de una década, un kilogramo de melón se podía vender en 60 yuanes (alrededor de 10 dólares) en la meseta. El año pasado, el precio fue de un poco más de 10 yuanes", dijo el director del destacamento de transporte de la policía armada, Zhang Lei, apostada en el distrito de Ritu a lo largo de la carretera.
La carretera nacional 219 conecta a Xinjiang y al Tíbet a una altitud promedio de más de 4.500 metros y es la más elevada del mundo apropiada para la circulación de automóviles ordinarios.
Originalmente cubierta con grava en la década de los 50, la carretera de 2.340 kilómetros fue asfaltada completamente hasta 2013, y redujo el tiempo de viaje entre el distrito Yecheng, en el sur de Xinjiang, y la prefectura Ngari, en el Tíbet, de 15 días a sólo uno, y un día más para llegar a Lhasa. Los accidentes y fatalidades también disminuyeron dramáticamente.
El oficial de policía de transporte Luo Bing ha trabajado en la carretera durante más de 15 años. Difícilmente había algún camino asfaltado cuando él llegó por primera vez a Ritu y ahora el poblado cuenta con calles amplias llenas de restaurantes y tiendas.
Alrededor de 700 kilómetros por la carretera desde Ritu, Song Shibing, jefe de la tropa de transporte de la policía armada, ha visto cambios dramáticos en los estilos de vida de la gente local. En 2003, él trató de comprar un hacha a un pastor en 100 yuanes (varias veces el precio de la herramienta en una tienda), pero el pastor rechazó el dinero y blandió un bidón de cinco litros vacío. Lo que quería era diésel.
"El dinero significa casi nada en la meseta pues casi no hay nada para vender", dijo Song. "La gente local normalmente guarda su dinero en una caja de madera bajo la cama y a veces le secan la humedad al sol".
Como la capacidad del camino aumentó y se volvió más seguro para conducir, los vegetales, la fruta y los artículos de primera necesidad llegan a la meseta diariamente. Muchos pastores han sacado el dinero de debajo de sus camas y lo han depositado en el banco.
Tuo Jide, un conductor de la policía de transporte jubilado, ha operado durante 17 años un restaurante en la aldea de Xihexiu cercana a la carretera. El negocio ha florecido desde que la carretera mejoró.
"Hace décadas, los baches eran suficientemente profundos como para ocultar un yak", dijo Tuo. "Los conductores no se atrevían a recorrer el camino sin suficiente alimento y gasolina en sus autos. Los vehículos chocaban y se descomponían todo el tiempo por el camino."
Con una carretera segura y moderna, el costo de transporte de Yecheng a Ngari han disminuido en 55 por ciento, lo que llevó a disminuciones de alrededor del 40 por ciento en el precio de los productos en el poblado tibetano. Y aún mejor, la cantidad de turistas hacia Ngari se ha quintuplicado.
"La carretera en la actualidad parece más una pista de aeropuerto, amplia, plana y suave", dijo Tuo, de hecho un camino celestial.