GUANGZHOU, 10 may (Xinhua) -- Un centro de tratamiento del autismo de Guangzhou, capital de la provincia meridional china de Guangdong, está bajo investigación después de la muerte de un niño interno de cuatro años que fue obligado a caminar unos 20 kilómetros al día como parte de su terapia.
El menor, Jiajia, murió el 27 de abril en la Institución de Rehabilitación Tiandaozhengqi de neumonía y encefalitis.
El día antes de su muerte, Jiajia caminó 19 kilómetros. "Empezó a tener fiebre y estuvo levantado orinando durante toda la noche", según los registros de Tiandaozhengqi.
La madre de Jiajia, Zhang Wei, lo envió al centro en marzo. "Leí el libro sobre el autismo escrito por el fundador, Xia Dejun, y decidí probar sus tratamientos", indicó.
Las largas caminatas son una parte central del programa de tratamiento. "Xia decía que el ejercicio físico intenso ayuda a los niños descargar toxinas y mejorar su salud general", expuso Zhang.
El centro también obliga a internar a los niños sin el acompañamiento de sus padres. Zhang, que es de la provincia nororiental de Liaoning, a 3.000 kilómetros de Guangzhou, fue informada del fallecimiento de su hijo por teléfono.
"Me dijeron que el tratamiento estaba diseñado para reemplazar a los padres que son demasiado blandos y endurecer a los niños en cuerpo y mente", dijo Zhang.
Zhang pagó más de 15.000 yuanes (2.300 dólares) por mes para el tratamiento de su hijo. En el momento de la muerte de Jiajia, el centro alojaba a 11 niños, de entre tres y siete años.
La actividad del centro quedó suspendida y está siendo investigado por un comité gubernamental de policía, empresarios y doctores.
Un experto en trastornos del desarrollo neurológico infantil del Tercer Hospital Afiliado de la Universidad Sun Yat-sen, Zou Xiaobing, indicó que no hay ninguna teoría que apoye que existe un vínculo entre el ejercicio físico y el tratamiento del autismo.
"Y mantener a los niños separados de sus padres es fundamentalmente erróneo, pues el método de recuperación más común es la interacción social entre padres y niños", destacó.
Se estima que hay más de 10 millones de personas autistas en China, una quinta parte de las cuales son menores de 14 años, según estadísticas publicadas en abril por la Federación de Personas con Discapacidad de China.
La educación y el tratamiento de los niños autistas en China dependen principalmente de instituciones privadas, en las que estaban registrados en abril 77.000 niños en todo el país.
Los centros de tratamiento son escasos y Zhang Wei había buscado un programa de tratamiento en Beijing, pero la lista de espera era de un año.
"Todo el mundo sabe que, cuanto antes se interviene, mejor es el resultado, por lo que estaba ansiosa por enviar a Jiajia a que fuese tratado", dijo Zhang. "Pero no podría estar más arrepentida de mi decisión", lamentó.