El gobierno boliviano anunció hoy que prioriza el gasto de capital frente al gasto corriente, con el fin de contrarrestar el impacto de la crisis e impulsar el crecimiento económico ante los menores ingresos por la depreciación de las materias primas.
El ministro boliviano de Economía, Luis Arce, dijo a periodistas en La Paz que esta dinámica se da con el objetivo de promover el desarrollo económico y la industrialización de Bolivia para incentivar el crecimiento económico y encarar la crisis por la baja de precios de las materias primas.
El Ministerio de Economía difundió este lunes un informe en el cual señala que los egresos de capital del Sector Público No Financiero (SPNF), recursos que se destinan al fortalecimiento del aparato productivo y a mejorar la infraestructura del país, se incrementaron 5,5 por ciento para alcanzar 2.164 millones de dólares en los primeros cinco meses de este año,debido fundamentalmente a los mayores niveles de inversión de las empresas públicas.
Durante los primeros cinco meses de 2015 y 2016, estos gastos incrementaron su participación en el gasto total, de 34 por ciento (2015) a 37 por ciento (2016), agregó.
Por su parte, los egresos corrientes disminuyeron de 4.026 millones de dólares acumulados en los primeros cinco meses de 2015, a 3.721 millones en el periodo enero-mayo de 2016, resultado fundamentalmente de las menores erogaciones en bienes y servicios.
Los egresos corrientes permiten al gobierno cumplir sus funciones administrativas como el pago de sueldos y salarios, sobre todo en los sectores educación, salud, defensa y policía, además de comprar bienes y servicios que representan los gastos operativos del gobierno y del pago de intereses de la deuda transferencia de recursos al sector privado.
El ministro Arce consideró importante destacar que, frente a un contexto de desaceleración económica mundial, la menor vulnerabilidad fiscal de Bolivia, resultado de la acumulación de recursos provenientes de ahorros de superávits fiscales de gestiones pasadas, facilitó la aplicación de una política fiscal "contracíclica".
Dicha dinámica se encara a través de un mayor nivel de inversión pública ejecutada (gasto de capital), con el fin de contrarrestar el impacto de la crisis e impulsar el crecimiento económico, explicó.
"Esta medida es distinta de las recetas de organismos internacionales como el FMI (Fondo Monetario Internacional) y de las recomendaciones de Agencias Calificadoras como Fitch Ratings y Moody's, lo que permitió que Bolivia registre por dos gestiones consecutivas (2014 y 2015) el mayor crecimiento económico de Sudamérica", agregó.