Un gato muy chino y su creador ingenioso (II)

Actualizado a las 26/07/2016 - 15:36

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EN BÚSQUEDA DE LA ORGINIALIDAD CHINA

BEIJING, 20 jul (Xinhuanet) -Junto con Su Majestad, el caricaturista “El Joven”, en auto retrato humorista del mismo Baicha, también aparece en los dibujos, vestido siempre de una camiseta rayada, pantalones cortos y un par de chancletas.

En realidad, el artista detrás del apodo Baicha, se llama Liang Kedong, nació en los años 80 en Xi’an, antigua capital de la dinastía Tang.

Considerado un representante de los pioneros de la nueva generación de dibujantes y animadores de China, él se ha dedicado a la creación artística desde una temprana edad.

Su estilo emblemático se conoce por la hermosura fantástica y una imaginación desbordante, por lo cual ganó el Premio de la Vía Láctea, máximo honor en el mundo de ciencia ficción de China, por dos años consecutivos en 2009 y 2010.

Al igual que él, una generación de artistas chinos se ha madurado a lo largo de los años en perfeccionar las técnicas, y ha alcanzado a un nivel no menos elevado que sus pares japoneses o norteamericanos.

Aún así, Baicha seguía con un sentimiento de que le faltaba algo: Un estilo que pudiera ser su propia etiqueta.

Se le ocurrió dibujar 200 gatos de diferentes apariencias, y llegando al número 20 y tanto, contó. Fue en aquel momento se encontró con un gato callejero, y lo llevó a casa.

La coexistencia con el gato le cambió su vida, así como su estilo artístico, dijo. La compañía de su amigo felino le intrigaba a observar los detalles de la vida cotidiana, y ello venía convirtiéndose en su principal fuente de inspiración.

“Comencé a disfrutar la observación de la vida real, NUESTRA realidad diaria”, narró el ilustrador. “Y ésta es una realidad propia de mi existir, por eso es totalmente mía”.

-- Eureka. El joven descubrió su etiqueta artística, y de allí el éxito.

No obstante, la industria china de caricatura y animación, en general, todavía se encuentra mayormente en la etapa de imitación, y muchos artistas aún no han hallado sus emblemas distintivos.

“La cultura tradicional puede ser un rico fundamento de nutrición para la creatividad novedosa”, sugirió Baichai. “Los artistas chinos siempre podemos enriquecernos en la tradición, evolucionarla y revitalizarla”, dijo.

De este proceso es muy probable que nazcan expresiones singulares del país, opinó.

Por otro lado, Baicha aconseja que sus colegas se pongan a contemplar y disfrutar de la vida, al mismo tiempo de buscar la chispa creativa en los detalles peculiares de cada quién.

”Dibuja los sucesos a tu alrededor, y naturalmente tus trabajos tendrán un sabor particular, que es tuyo”, explicó.

La juventud china cree, bueno, en un sentido casi existencialista, en “la poesía y la lejanía”, símbolos de lo ideal más allá del sobrevivir. “Pero la misma vida la podemos vivir poéticamente”, dijo el joven sonriendo.