Las políticas comerciales propuestas por Donald Trump y Hillary Clinton, los candidatos presidenciales republicano y demócrata, "dañarán profundamente" la economía estadounidense, según un estudio publicado por un grupo de expertos de Estados Unidos.
"La política comercial y de economía internacional propuesta por Clinton dañará el bienestar de los estadounidenses, principal, pero no únicamente, por su declarada oposición al TPP y a una mayor integración económica", indicó Adam Posen, presidente del Instituto Peterson de Economía Internacional con sede en Washington.
"Las políticas propuestas por Trump son otro asunto. Su enfoque declarado sobre economía mundial de librar una guerra comercial y proteger intereses especiales no competitivos sería desastroso para el bienestar económico y la seguridad nacional de Estados Unidos", señaló Posen.
Trump ha amenazado con imponer aranceles sobre los productos importados de China y México, retirarse de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y abrogar los acuerdos comerciales preferenciales como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, con lo que ha hecho del comercio proteccionista la pieza central de su campaña.
"De implementarse, estas propuestas causarán represalias de los socios comerciales de Estados Unidos, librarán una guerra comercial que pondrá en recesión la economía estadounidense y que costarán a millones de estadounidenses sus empleos", encontró un estudio del Instituto Peterson.
Las industrias estadounidenses que fabrican maquinaria crean bienes de capital en tecnologías de la información, aeroespacio e ingeniería, las cuales serán las más intensamente afectadas, según el estudio.
"Mientras que la política comercial declarada por Clinton sería perjudicial, la política declarada por Trump sería horriblemente destructiva", dijo Posen, quien añadió que el instituto no tiene fines partidarios con la realización del estudio, "sino que buscan evitarle severos errores de política económica al próximo presidente de Estados Unidos".
"Detener el comercio empeorará y no resolverá el problema del estancamiento de los ingresos estadounidenses por la reducción del poder adquisitivo de las familias y por la desaceleración del crecimiento de la productividad", dijo.