La confianza es un elemento esencial sobre el cual deben trabajar el gobierno colombiano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para avanzar en el acuerdo de paz, afirmó el sociólogo venezolano Miguel Contreras.
Durante una entrevista con Xinhua, Contreras manifestó que la principal tarea de ambas partes es la "construcción de la confianza", lo que implica el "reconocimiento del otro en cuanto a (ser un) actor político. Uno aquí tiene que reivindicar la noción de la política".
El pronunciamiento del especialista venezolano se da en contexto de la firma del acuerdo final de paz, celebrada el lunes entre la administración del presidente Juan Manuel Santos y las FARC, en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias (oeste), con el que se pone fin a 52 años de conflicto armado.
Frente a personalidades políticas y sociales que apoyan este acercamiento, el presidente Santos y el líder de la guerrilla, Timoleón Jiménez Londoño, alias "Timochenko", rubricaron con un "bolígrafo" en forma de proyectil el documento concertado en La Habana, Cuba, el pasado 24 de agosto.
Sobre este asunto, el jefe de Estado colombiano, quien expresó el 26 de septiembre que "las víctimas han sido el centro y la razón de ser de este conflicto", ratificó tras casi cuatro años de negociaciones que prefiere un acuerdo de paz imperfecto que una guerra perfecta que siga cobrándose vidas.
"Al firmar el acuerdo de terminación del conflicto con las FARC, decimos esperanzados que ha sido un surco de dolores, de víctimas y muertes, pero hemos podido levantarnos sobre él para decir que el bien germina ya, la paz germina ya", enfatizó.
Por su parte, Timoleón Jiménez manifestó ante los presentes, todos vestidos de blanco, que nadie debe dudar que, tras la rúbrica del tratado, el movimiento insurgente "va hacia la política sin armas", y que, así como "nosotros vamos a cumplir, esperamos que el gobierno cumpla".
De la misma forma, en nombre de las FARC pidió perdón "a todas las víctimas del conflicto" y por todo el daño que haya podido generar la guerra que azotó a la población colombiana por más de medio siglo.
Esaúl Olivar, coordinador del Frente Nacional de Abogados Bolivarianos de Venezuela, indicó que el reconocimiento por parte del dirigente guerrillero es una muestra de que "los seres humanos nos reivindicamos, renunciamos a las actividades porque nos damos cuenta de que se cometen errores".
"Pero el presidente Santos también pidió paz (...), que hizo reconocer a las víctimas. Ese mensaje de 'Timochenko', ese mensaje de Santos es una muestra de que Colombia está llena de paz", sostuvo Olivar durante una entrevista con Xinhua.
En tanto, Miguel Contreras, también docente de la Universidad Central de Venezuela (UCV), añadió que la firma del acuerdo final "representa un paso trascendental en el plano político de Colombia, creo que es el hecho más importante de los últimos 100 años".
"Creo que este es un paso importante y que se ha cubierto parte de los grandes temas, de las grandes tensiones que existen en este momento en Colombia", enfatizó el sociólogo.
Sin embargo, el académico consideró que el país neogranadino se encuentra "fragmentado" por varias razones, entre ellas, el "control político territorial por parte del Estado y los poderes que tienen tanto el narcotráfico, los paramilitares y la guerrilla".
"Pero, además, es un Estado que a lo interno (mantiene) una fractura que está vinculada precisamente a las grandes demandas de la población (...), pero principalmente a los temas de cambio (...), la idea de la necesidad de cambiar", señaló.
Las FARC y el gobierno acordaron cinco puntos para avanzar hacia la paz, entre ellos impulsar una política de desarrollo agrario integral, garantizar la participación política de los exguerrilleros, dar solución al problema de las drogas ilícitas, y también lograron un acuerdo sobre las víctimas.
Además, se encuentra el compromiso del cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo y dejación de las armas, garantía de seguridad y refrendación. En este punto, diseñaron líneas que permita la inspección por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en cuanto a la dejación de los armamentos.
Pero, en el camino hacia la consolidación de estos asuntos convenidos, "Colombia se va a encontrar con la necesidad de reparar para sanar heridas profundas que tiene la sociedad", por lo que necesitará tiempo "y una perspectiva de reconciliación", añadió Contreras.
En ese sentido, el gobierno y la sociedad colombiana deben asumir la metodología denominada "política por omisión" que, según explicó el sociólogo, es avanzar "en los grandes temas pendientes" y postergar "las discusiones que puedan implicar alguna ruptura del orden".
Con este panorama, el próximo 2 de octubre unos 34 millones de colombianos están convocados a participar en un plebiscito con el que se dará el visto bueno o se rechazará el acuerdo logrado entre la administración de Santos y las FARC.
A pocos días de la consulta popular, la multiestatal Telesur publicó una encuesta del Opinómetro de Datexco, la cual reveló que un 55,3 por ciento de la población colombiana está a favor del "Sí", mientras que sólo un 38,3 por ciento aboga por el "No".