HANGZHOU, 12 oct (Xinhua) -- La policía ha detenido a cuatro propietarios de casas después de que sus edificios residenciales alquilados se derrumbasen el lunes, dejando 22 muertos en la ciudad de Wenzhou, en la provincia oriental china de Zhejiang.
Cerca de 800 rescatistas finalizaron la búsqueda en el distrito industrial de Lucheng el martes, sacando a 28 personas de los escombros. Se encontraron 22 cadáveres y seis supervivientes fueron hospitalizados.
La policía está investigando la causa del desastre.
Los cuatro edificios fueron construidos por los habitantes de Zhongyangtu en las décadas de 1970 y 1980. Cinco casas adyacentes que se construyeron en el mismo periodo permanecen en pie, pero los rescatadores las están derrumbando para evitar desastres posteriores.
Las casas ruinosas estaban alquiladas a trabajadores migrantes.
Yang Yongfa, un trabajador migrante de la provincia suroccidental de Guizhou y uno de los seis supervivientes, explicó que estaba dormido cuando escuchó una gran explosión y quedó enterrado entre los escombros. El superviviente indicó que las casas viejas del poblado eran atractivas para los trabajadores migrantes, ya que la renta era sólo de 420 yuanes (62,5 dólares) al mes.
La parte occidental de Wenzhou es un núcleo industrial que atrae a muchos trabajadores rurales que buscan empleo.
Un trabajador migrante apellidado Zhang explicó que ha trabajado en la zona durante 19 años. Muchas de las casas del poblado tenían originalmente cuatro alturas, pero los caseros han sumado una quinta e incluso una sexta planta.
"Los viejos edificios estaban incluidos en la planificación urbanística del gobierno para su reconstrucción", resaltó la misma fuente.
Después del derrumbe, varias calles han sido acordonadas.
Zhang Geng, alcalde de Wenzhou, prometió el martes que el gobierno municipal haría una revisión de todas las casas ruinosas y comenzarían la reconstrucción tan pronto como fuera posible.
Wenzhou fue afectado por un fuerte aguacero traído por el tifón Meranti, la mayor tormenta de este año, en septiembre. Los rescatadores apuntaron que las casas y el suelo habían quedado empapados, lo que contribuyó parcialmente al derrumbe.