El panorama de las relaciones China-Estados Unidos no cambiará |
Por Wen Xian
Beijing,11/11/2016 (El Pueblo en Línea) - El 8 de noviembre, el candidato republicano Donald Trump ganó las elecciones presidenciales tras una campaña plagada de polémicas y escándalos, convertiéndose en el nuevo presidente de EE.UU. Ante la situación nacional e internacional que experimenta profundos cambios, Donald Trump tiene una carga pesada sobre sus hombros.
El 22 de octubre, Donald Trump pronunció en Gettysburg su plan de cien días, que fue el más claro y concreto planteado por él. El plan contiene unos 10 proyectos, incluido instar al Congreso a aprobar la reducción y simplificación de impuestos de la clase media. Obviamente, sus propuestas políticas y el proceso de elección son para romper las tradiciones y su gobernanza pretende establecer nuevas legislaciones.
Es difícil romper las tradiciones antiguas como establecer nuevas legislaciones. Cada país tiene sus propios obstáculos. El nuevo gobierno estadounidense tendrá que enfrentarse a muchos problemas: la desigualdad de ingreso sigue siendo grave, la injusticia social es difícil de superar y los conflictos sociales, ya sea étnicos o los relacionados con la inmigración ilegal, tienden a la exacerbación. Además, la orientación de Trump en política exterior es motivo de interés para todo el mundo.
No hay duda de que la elección de Trump impactará en la escena internacional y en las relaciones entre China y Estados Unidos. Pero es poco probable que cambie el panorama de las relaciones sino-estadounidenses. Ambos países abrieron un "nuevo modelo de relación entre potencias mundiales", basado en los intereses y aspiraciones de ambos pueblos. Promover el desarrollo saludable de las relaciones económicas es abrazar un canal importante para este fin.
China y EE.UU. tienen una de las relaciones bilaterales más importantes del mundo, y siempre es foco de atención durante las campañas electorales de los Estados Unidos. La fehaciente manifestación de los convergentes intereses de China y EE.UU es evidenciada por los más de 550.000 millones de dólares de comercio bilateral del año pasado. Y el 2024 se podría superar la cifra de un billón de dólares. En el mundo de hoy, es un hecho objetivo de que “China y EE.UU. se beneficiarán de una relación armoniosa o se lesionarán si alientan enfrentamientos.” Abogar por los principios de la no-confrontación, el respeto mutuo, la cooperación y el beneficio compartido es una sabia decisión que sintoniza los intereses fundamentales que, a largo plazo, mantienen los dos pueblos.
Por supuesto, también hay diferencias. Pero lo más importante es que las dos grandes potencias tienen un marco maduro y eficaz para arreglar las discrepancias. El desarrollo de las relaciones sino-estadounidenses nunca ha ido “viento en popa y a toda vela”. Sin duda, la futura construcción de las nuevas relaciones entre China y EE.UU no será fácil. Sin embargo, el hecho de ser dos grandes países maduros ha probado que China y EE.UU. son capaces de resolver gran cantidad de complejos y sensibles problemas, cooperar en diversas áreas -tanto a nivel regional como global- y controlar la intensidad de los conflictos, siempre de una manera constructiva.
Sobre todo en los últimos años, ambos países, de manera consciente, aumentaron la confianza estratégica. Los mandatarios de ambos países lo comunicaron en diversos encuentros y reuniones, tanto en China como en Estados Unidos. El diálogo de estrategia y economía y la consulta de alto nivel sobre intercambio humano y cultural celebraron su séptima y octava edición, respectivamente,obteniendo resultados muy fructíferos.
A nivel mundial, al ser China y Estados Unidos grandes países, tienen mayor influencia y responsabilidad. Al ser China el mayor país en vías de desarrollo y Estados Unidos el mayor país desarrollado, aparte de tener las dos mayores economías del orbe, tienen la especial responsabilidad de garantizar la paz mundial y la estabilidad del mundo, promover la prosperidad global y compartir los beneficios. En los últimos años, los dos países mantienen una coordinación y cooperación muy estrecha y exitosa en la lucha contra muchos de los problemas del planeta como el cambio climático, la seguridad nuclear, Irán, Afganistán, Siria y la crisis de la península de Corea.
Desarrollar una relación amistosa y estable entre China y EE.UU. se alínea con los intereses de ambos pueblos y con las expectativas de la comunidad internacional. En el futuro, como bien expresó el presidente Xi Jinping en el telegrama de felicitación enviado a Donald Trump, los dos países deben“impulsar las relaciones bilaterales a un nuevo nivel, en beneficio de los pueblos de ambos países y del mundo”.
(El autor fue corresponsal del Diario del Pueblo en Estados Unidos)