El fútbol es el deporte más popular en Argentina y también una pasión de multitudes, donde hay además personajes que trabajan para fomentar valores culturales en los niños e inculcarles que el éxito no es lo único que importa.
Un ejemplo de ello es Diego Cappelletti, de 41 años, entrenador de fútbol infantil, quien conduce una escuela de este deporte en forma gratuita en una plaza de la ciudad de Buenos Aires que apunta a la inclusión.
"La idea es volver a la esencia del deporte, tratando de que los chicos vuelvan a entrenar a las plazas y hacerlo de manera gratuita", contó Cappelletti a Xinhua.
El profesor creó la Organización no Gubernamental (ONG) "Creciendo con el fútbol", a través de la cual busca también "formar a las personas", además de formar deportistas.
Cappelletti cuenta a esta agencia cómo nació el proyecto: "Nace porque desde chico soy entrenador de fútbol infantil. Me gradué en el año 2002, pero mi esencia siempre estuvo ligada con los potreros, me formé en un potrero y después fui a un club".
"Al ver que se estaban perdiendo todos esos valores, que los chicos no venían más a la plaza por la inseguridad, la idea fue volver a abocar a los chicos a que vuelvan a la plaza, a que practiquen de manera masiva este deporte popular", explicó.
Según el entrenador infantil, "si vas a un club, cuando se cobra una cuota se selecciona, ya pasa a ser selectivo. Creo que en un deporte popular lo que se tiene que inculcar es que se haga de forma masiva".
El entrevistado recordó que a partir de que el deporte principal en Argentina es el fútbol, donde está muy arraigado, la idea fundamental de la organización es precisamente "inculcar valores personales" a través de su práctica.
"La consigna era que en una plaza se puede entrenar mejor que en un club, con una ficha de trabajo, con seguimiento, con nutricionistas, con preparadores físicos", expresó.
El gobierno de la ciudad de Buenos Aires cedió en este sentido un espacio en la plaza Houssay en el barrio de Recoleta, donde ahora entrenan niños de entre 4 y 14 años lunes, miércoles y viernes.
Diego, quien también ha entrenado a chicos en otras plazas sin recibir dinero a cambio, resaltó que "a veces se cree que lo gratuito no sirve o no llega a ser demasiado bueno como lo que es arancelado".
"Queremos demostrar que es una mentira, porque si las cosas se hacen bien lo gratuito puede ser igual o mejor que lo arancelado", consideró.
En Argentina es habitual ver a los aficionados al juego de pelota practicar el fútbol en plazas o predios verdes, además de los clubes formales.
El próximo 11 de diciembre se disputará precisamente el súper clásico del fútbol argentino de primera división entre el River Plate y el Boca Juniors, los dos clubes más populares en Argentina, jornada en la que se "paraliza" el país por esta pasión.
El encuentro será en el estadio Monumental en Buenos Aires dentro del campeonato que es liderado por el club Estudiantes de La Plata, con dos puntos de ventaja sobre los "xeneizes" (Boca Juniors).
El país sudamericano también ha festejado la obtención de dos copas mundiales de fútbol.
Estas dos copas fueron Argentina 1978, con los goles del "Matador" Mario Kempes, y México 1986, año en que Diego Armando Maradona se consagró como el mejor jugador del planeta.
La selección de Argentina conquistó además dos oros olímpicos: Atenas 2004 y Beijing 2008. Destacaron entonces como figuras Juan Román Riquelme, Lionel Messi, Carlos Tevez y Javier Mascherano.
En los últimos años, el seleccionado argentino atravesó varios sinsabores de la mano de Messi y compañía, al perder las finales de la Copa del Mundo en Brasil 2014, la Copa América en Chile 2015 y la Copa América Centenario en Estados Unidos 2016.
Aficionados argentinos siguen sin perdonar a los futbolistas que no hayan logrado un título y señalan a varios jugadores como responsables, entre ellos Gonzalo Higuaín por no anotar.
Achacan a la selección una sucesión de fracasos por la falta de títulos desde la Copa América en Ecuador 1993, la última vez que una selección mayor logró ser campeona.
Estas frustraciones atentan contra todo lo bueno que se hace para fomentar los valores culturales en los niños, quienes en los estadios ven como los mayores insultan a los contrarios o a sus propios jugadores desde las gradas.
Las escuelas de fútbol en las plazas son un ejemplo contrario, ya que se enseña a los menores que el fútbol es un simple juego y que no solamente se trata de ganar.