Un hombre fue sentenciado a diez años y medio de cárcel por haber sustraído piezas de varias tumbas antiguas en la provincia nororiental china de Liaoning, informó hoy domingo un tribunal local.
Qi Jingyu fue procesado por haber robado, en dos ocasiones, una tumba en una zona protegida de la cultura Hongshan, en la ciudad de Lingyuan, en junio de 2013. Con la ayuda de un detector y algunas herramientas encontró y hurtó tres objetos de jade. Meses después, en octubre, profanó otra tumba y desenterró tres brazaletes y un aro de jade.
Tras un análisis, el Centro de Protección de Reliquias Culturales de Liaoning estableció que las dos tumbas tienen más de 5.000 años de antigüedad, y que los robos habían causado graves daños físicos a las mismas, así como la pérdida de información arqueológica.
El tribunal de Lingyuan también constató que, entre 2013 y 2014, Qi profanó y robó otros tres lugares de alto valor arqueológico, entre ellos un maosoleo que data del periodo de los Estados Combatientes (475 a.C. - 221 a.C.).
A Qi le fueron confiscados 40.000 yuanes (5.827 dólares). Sus tres cómplices fueron también condenados, dijo la corte, si bien se abstuvo de precisar las penas de cada uno.