NUEVA YORK, 9 feb (Xinhua) -- La relación constructiva entre Estados Unidos y China se mantendrá fuerte y florecerá en el largo plazo a pesar de que se ha hablado mucho de la incertidumbre de la presidencia de Donald Trump en relación con las dos economías más grandes del mundo, indicaron expertos estadounidenses.
Se trata de una relación enormemente importante que va más allá de los lazos bilaterales.
"Las relaciones entre Estados Unidos y China son de vital importancia e influencia no sólo para ellas mismas, sino para el mundo en general", dijo en un chino mandarín muy fluido Ezra Feivel Vogel, profesor emérito de ciencias sociales de la Universidad de Harvard.
Trump, uno de los presidentes estadounidenses con menos experiencia en cargos públicos, necesita tiempo para familiarizarse con los asuntos de política exterior, sobre todo con las complejidades de los lazos entre Estados Unidos y China, dijo Vogel.
"Personalmente creo que Trump tiene que elegir la cooperación con China en temas relevantes de importancia nacional y global como el comercio, la inversión y la lucha contra el terrorismo, por mencionar unos cuantos".
El ex secretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kissinger, no podría estar más de acuerdo.
"Soy optimista en cuanto a que prevalecerá el camino de la cooperación. Tengan en cuenta que si China y Estados Unidos están en conflicto, todo el mundo será dividido", dijo en un evento realizado por el Comité de los 100 y la Escuela de Graduados de Administración Cheung Kong.
"La paz y el progreso del mundo dependen de las habilidades de Estados Unidos y China para respetar sus respectivos intereses fundamentales y para modificar los intereses fundamentales con el fin de hacer posible la cooperación", dijo Kissinger al conmemorar el quincuagésimo aniversario de la fundación del Comité Nacional para las Relaciones entre Estados Unidos y China (NCUSCR).
Explorar el potencial para que Estados Unidos y China trabajen juntos, cuando sea posible, en la Iniciativa de la Franja y la Ruta podría "abrir ventanas para obtener beneficios regionales económicos, políticos y comerciales para las dos naciones", dijo Marc Grossman, ex subsecretario de Estado para Asuntos Políticos y vicepresidente del Grupo Cohen.
La adhesión a la política de Una Sola China es crucial.
Muchos importantes especialistas en temas chinos se ha unido al coro de oposición al cuestionamiento de Trump de la "política de Una Sola China" de Washington antes de llegar a la presidencia.
"Desde 1971, todos los presidentes de ambas partes han aceptado este marco y una vez que el marco sea estudiado no creo que sea anulado. Convertir a Taiwan en tema clave al principio de este diálogo es, en mi opinión, poco juicioso y no la forma más eficiente de proceder", dijo Kissinger.
Michael Swaine, perteneciente al Carnegie Endowment por International Peace, describió la llamada telefónica de Trump a la líder de Taiwan como "una acción imprudente".
"Un error innecesario que tontamente complica las relaciones entre Estados Unidos y China no favorece los intereses de Estados Unidos y pone en duda la preparación del equipo de Trump para manejar la política exterior", dijo Avery Goldstein, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Pensilvania, sobre la llamada de Trump a Taiwan.
La administración Trump no debe abandonar la política estadounidense de tanto tiempo con respecto a Taiwan, se advirtió el martes en un informe bipartidista, y describió la medida como "extremadamente peligrosa".
Las relaciones entre Estados Unidos y China se encuentran en una "encrucijada precaria" y las dos potencias mundiales podrían encontrarse en "una trayectoria de colisión", se indicó en un informe de un grupo de expertos convocados por la Sociedad de Asia y la Universidad de California San Diego.
Una guerra comercial con China perjudicaría a Estados Unidos.
Aunque Trump y su equipo comercial han estado haciendo declaraciones duras sobre los lazos comerciales con China, una guerra comercial con la nación asiática perjudicaría finalmente a Estados Unidos, dijo Eswar Prasad de la Brooking Institution.
"Esta es una situación que muchos de mis colegas y yo no quisiéramos ver", dijo.
Estados Unidos se convirtió en el mayor receptor de la IED de China en el 2016 con 45.600 millones de dólares en adquisiciones ya completadas y en inversiones nuevas, se indicó en u nuevo informe de la firma de investigación Rhodium Group dado a conocer el 30 de diciembre de 2016.
Pero el informe señala que "las realidades políticas de ambas partes representan un importante riesgo para las transacciones pendientes y el flujo de nuevos acuerdos en los próximos meses".
La inversión directa china acumulada en la economía estadounidense desde el 2000 supera los 100.000 millones de dólares, agregó.
Al contrario de lo que señalan algunos, que China está robando empleos estadounidenses, el auge de esta potencia asiática más bien está ayudado a generar un enorme número de empleos para los estadounidenses.
"Sólo para darles una idea del impacto (del mercado de la aviación china) sobre la economía estadounidense: Las entregas a China por parte de Boeing apoyan aproximadamente 150.000 empleos estadounidenses al año, una cifra increíble", dijo Raymond L. Conner, vicepresidente de Boeing Co., el mayor exportador de Estados Unidos.
Boeing pronostica que en los próximos 20 años, China requerirá 6.810 nuevos aviones con un valor total de cerca de un billón de dólares. Esta demanda convertirá a China en el cliente principal de los aviones comerciales de Boeing.
Se espera que los clientes chinos reciban el 30 por ciento de todos los principales modelos 737 de Boeing y cerca del 25 por ciento de todos los aviones producidos en el estado de Washington y Carolina del Sur, dijo Conner.
Los intercambios más cercanos entre pueblos mejoran los lazos bilaterales.
"Los intercambios entre pueblos entre las dos naciones siguen fortaleciéndose incluso en un momento en el que tenemos dificultades en términos políticos", dijo el miércoles a Xinhua Stephen A. Orlins, presidente del Comité Nacional para las Relaciones Estados Unidos-China en una recepción en Nueva York para recaudar fondos para construir un pabellón de pandas en Central Park.
"Creo que llegaremos a la tierra prometida de una relación bilateral constructiva en el largo plazo", dijo Orlins.
Los anfitriones del Baile Blanco y Negro de Pandas es el grupo The Pandas Are Comming to NYC, un grupo sin fines de lucro encabezado por la congresista Carolyn Maloney y el empresario de Wall Street Maurice R. Greenberg, el icono de la moda china Yue-Sai Kan y el propietario de la cadena de supermercados Gristedes, John Catsimatidis.
El proyecto recibió el apoyo del gobernador de Nueva York Andrew Cuomo, el alcalde Bill de Blasio y el consulado general de China en Nueva York.
Tres millones de personas de la parte continental china visitaron Estados Unidos en el 2016 y cerca de 950.000 viajaron a Nueva York.
Más de 300.000 chinos estudian en Estados Unidos y cerca de 20.000 estadounidenses estudian en China, dijo Orlins, quien agregó que estos jóvenes que entienden mejor las dos naciones "serán nuestros sucesores" en el fomento de la amistad bilateral.
"Esto ayudará a crear un lazo duradero entre ambos países sin importar lo que haga el gobierno", dijo.