Los “atravesados” en el centro de la molestia pública
[Foto: Cai Meng / China Daily]
Guilin, 13/02/2017 (El Pueblo en Línea) - Sacar fotos de la pantalla o el escenario es una molestia pública. Pero si está bien administrado, puede ser grato tanto para la película como para el público, además de ser una buena lección de etiqueta.
El recién terminado viaje de siete días ha sido una bendición para la industria cinematográfica de China. De los 3.38 billones de remimbi (491 millones de dólares) de venta en entradas, al menos tres entradas tuvieron una historia más dramática que la que se mostró en la pantalla grande.
O, digamos, una señal de advertencia.
Una mujer de 39 años de edad, en Guilin, región autónoma de Guangxi Zhuang, fue a ver “Duckweed” con su madre y con su hija de nueve años. Durante la proyección, sacó su teléfono móvil e incesantemente tomó fotos de la pantalla, utilizando flash.
"Estaba tan emocionada cuando vi a Eddie Peng en la pantalla", explicó más tarde la mujer, de apellido Qin, refiriéndose a una de las estrellas de la película.
Dos mujeres, aproximadamente de la misma edad de ella, estaban sentadas justo enfrente. No les divirtió el molesto flash y recriminaron a Qin. Al parecer, ella no hizo caso. Cuando terminó la película, el dúo se volvió a enfrentar con Qin, incluso llegaron a golpearla.
No hay duda de que las mujeres deberían haberse abstenido de infligirle violencia física y que deben enfrentar una pena por tal agresiva conducta.
Y aunque corresponde a las fuerzas del orden público enjuiciar al enconado dúo, es la sociedad la que debe amonestar a Qin.
La conducta ideal de las ofendidas mujeres habría sido, en primer lugar, quejarse a la administración del cine, que debería haberle llamado la atención a Qin y si reincidía, haberla expulsado de sus instalaciones bajo el derecho reservado de admisión. O bien, las mujeres deberían haber enfrentado a Qin y exponerle con severidad su mala conducta en un cine, pero jamás apelar al abuso verbal.