El Parlamento Europeo (PE) aprobó hoy en la sesión plenaria en la ciudad de Estrasburgo el Acuerdo Económico y Comercial Global (CETA, por sus siglas en inglés) entre la Unión Europea (UE) y Canadá, el cual tiene el objetivo de incrementar los flujos de comercio e inversión entre las dos partes.
Aprobado con 408 votos a favor, 254 en contra y 33 abstenciones, el amplio acuerdo comercial desbloqueará el comercio entre la UE y Canadá a través de la eliminación de aranceles a la mayoría de los bienes y servicios, al mismo tiempo que abrirá el mercado de la adquisición pública de Canadá.
"Al adoptar el CETA, optamos por la apertura, el crecimiento y altos estándares en lugar del proteccionismo y el estancamiento", declaró después de la votación de hoy el relator del CETA del PE, Artis Pabriks, quien también es miembro del PE para Letonia.
"Canadá es un país con el que compartimos valores comunes y un aliado con el que podemos contar. Juntos podemos construir puentes, en lugar de un muro, para la prosperidad de nuestros ciudadanos. El CETA será un faro para los acuerdos comerciales futuros de todo el mundo", dijo Pabriks.
Los proveedores de servicios de la UE, desde servicios de transporte marítimo hasta telecomunicaciones e ingeniería, tendrán acceso al mercado canadiense. El CETA también ofrece un marco para permitir que las calificaciones profesionales sean reconocidas para que se puedan suministrar servicios legales, de contabilidad y de arquitectura, entre otros, en todos los mercados.
En 2015, artículos canadienses por un valor de alrededor de 28.300 millones de euros fueron importados por Europa, mientras que la UE exportó productos por un valor de 35.200 millones de euros, montos que se espera aumenten más de 20 por ciento cuando el acuerdo se ponga en práctica por completo, dijo la UE.
Sin embargo, se han aplicado ciertas excepciones y protecciones, incluido el reconocimiento a más de 140 indicadores geográficos europeos de alimentos y bebidas vendidos en el mercado canadiense, como el queso Feta de Grecia y el jamón de Parma de Italia.
Las barreras arancelarias también se mantendrán en operación en las áreas de servicios públicos, audiovisuales y de transporte, y en algunos productos agrícolas, como lácteos, aves de corral y huevos.
Además, el texto del CETA dice que las disposiciones se aplican sin prejuicio al derecho interno para regular, con el fin de despejar los temores de los ciudadanos de que el acuerdo otorga demasiado poder a compañías multinacionales, lo que vuelve a los gobiernos incapaces de legislar para proteger la salud, la seguridad o el medio ambiente.
Todas las importaciones de Canadá deberán cumplir con las reglas y regulaciones de la UE, particularmente en las áreas relacionadas con la seguridad de alimentos, incluyendo productos con organismos genéticamente modificados (OGM) y la prohibición de carne tratada con hormonas.
El acuerdo también incluye la creación de un Sistema de Tribunal de Inversión (STI) independiente, que arbitrará públicamente las disputas sobre inversiones, pero sin derecho a adjudicar en asuntos de política interna.
Los miembros del Parlamento Europeo también aprobaron la conclusión de un Acuerdo de Asociación Estratégica UE-Canadá como complemento del CETA. El acuerdo establece la cooperación bilateral sobre una serie de temas no comerciales, incluida la política exterior y seguridad, el combate al terrorismo, la lucha contra el crimen organizado, el desarrollo sostenible, la investigación y la cultura. La asociación fue aprobada con 506 votos a favor, 142 en contra y 43 abstenciones.
Las negociaciones del CETA comenzaron en mayo de 2009 y concluyeron en septiembre de 2014. El acuerdo podría ser aplicado a partir de abril de 2017.