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Destacados analistas chinos opinan sobre los temas centrales del diálogo del canciller Wang Yi con la prensa durante la V Sesión de la XII Asamblea Popular Nacional

Actualizado a las 09/03/2017 - 15:13
Palabras clave:canciller,prensa,diálogo

Beijing, 09/03/2017 (El Pueblo en Línea) - Este miércoles, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, dentro del marco de la V Sesión de la XII Asamblea Popular Nacional, celebró un encuentro con la prensa acreditada para dialogar sobre la política exterior china. En la reunión, el canciller Wang examinó una amplia gama de temas, entre ellos la relación chino-estadounidense, la gobernanza mundial, la situación en la península coreana y el despliegue del THAAD.

¿Cuáles son las perspectivas de la relación China-Estados Unidos-Corea del Sur?; ¿Cómo se desarrollará la situación en la península de Corea?; ¿China reemplazará a EE.UU. como "líder" mundial?

A próposito de estas interrogantes, analistas y expertos opinan.

Lin Hongyu, Decano del Colegio de Relaciones Internacionales de la Universidad de Huaqiao

Las relaciones entre China y Estados Unidos van entrando gradualmente en una nueva normalidad llena de incertidumbres, ya que la brecha de la fuerza global que había entre China y Estados Unidos se ha reducido considerablemente, y se convierte en un factor crucial que afecta a la relación bilateral misma. Por lo tanto, es muy probable que en el futuro suba la tensión entre los dos países.

En tal circunstancia y con tal panorama, se requiere una nueva versión 2.0 para el patrón de relación entre China y Estados Unidos, que logre beneficiar los lazos bilaterales y ayudar a no caer en la conocida Trampa de Tucídides.

Mientras tanto, China y Estados Unidos deben seguir haciendo todo lo posible para trascender las diferencias conceptuales de los sistemas sociales de ambos países y evitar caer en una mentalidad de suma cero, de lo contrario la relación bilateral estaría condenada a la catástrofe.

Tambien China debe asumir la responsabilidad y el deber de dirigir las relaciones chino-estadounidenses hacia un desarrollo sano y estable. Esa es la necesaria actualización que necesita el intercambio bilateral entre las dos grandes potencias.

China y Estados Unidos deben buscar ampliar la base para ganar estabilidad, además de lograr estrechar y compartir intereses nacionales. En el proceso de expansión compartida de los intereses estratégicos, China y Estados Unidos edificaran valores positivos que forjen una comunidad de destino común para la humanidad.

Wang Yiwei, director del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Renmin de China

En cuanto a gobernanza global, China busca volver a lo que el mundo solía ser: un espacio armonioso y ordenado, mientras que EE.UU. busca lograr sus propios objetivos mediante la imposición de su propia voluntad.

Wang Yi, ministro de Relaciones Exteriores, subrayó que la participación de China en la gobernanza mundial se basa en los principios de las Naciones Unidas. La ONU hace hincapié en la igualdad de oportunidades para todas las naciones soberanas y promueve el crecimiento compartido, a través del debate y la colaboración. Estados Unidos, sin embargo, logra crecer aprovechando su propio sistema de alianzas.

A medida que China promueve la globalización económica, ayuda activamente a afrontar los desafíos mundiales y participa en álgidos asuntos como la problemática del cambio climático, la necesidad de energías limpias, el cuidado del medio ambiente, el desafío poblacional mundial y la crisis reciente de refugiados.

En cuanto a la seguridad, China destaca un modelo de seguridad no bélico, mientras que Estados Unidos busca asegurar su status quo a través de una presencia militar global.

Además, China se concentra más en el frente económico per se, mientras que Estados Unidos integra en el comercio sus dimensiones políticas y culturales.

La compleja situación actual del mundo ha llevado a China a plantearse nuevas estrategias de coordinación con otras grandes potencias dentro del nuevo proceso de gobernanza mundial y se ha comprometido mucho más en asumir en la práctica dichas estrategias.

China debería continuar con sus avances en iniciativas como la erradicación de la pobreza, la creación de infraestructura y la construcción de la nueva conectividad mundial.

Cui Zhiying, director del Centro de Investigación de la Península de Corea, Universidad de Tongji

Las declaraciones del canciller Wang Yi subrayan la consistente política de China ante la problemática de la Península Coreana. China pide a todas las partes interesadas que se unan para juntos exigir que se reanuden las negociaciones a seis bandas.

La escalada de las tensiones en la península no puede ser ignorada. Tras el lanzamiento este lunes de cuatro misiles balísticos por parte de Corea del Norte, cierto equipamiento del sistema THAAD ya han sido entregados a Corea del Sur para iniciar su despliegue. Los ejercicios militares en curso entre Corea del Sur y los Estados Unidos, dirigidos hacia Corea del Norte, han logrado que la reacción de Pyongyang torne la situación regional más compleja y delicada.

En estas circunstancias, las partes implicadas deben moderarse y desempeñar sus funciones en la solución de la crisis mediante el macanismo de consultas. La falta de comunicación puede conducir a un grave error de cálculo estratégico, que puede desencadenar enfrentamientos a pequeña escala. Si no se controlan bien, estos enfrentamientos pueden eventualmente convertirse en una terrible guerra.

El futuro de la península depende, en gran medida, de la política estadounidense hacia Pyongyang. Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, es conocido por su imprevisibilidad. La forma en que manejará las relaciones de Estados Unidos con Corea del Norte aún no es clara. La Casa Blanca debe ser consciente de que una escalada en las tensiones sólo generá pérdidas a todos los implicados. El reinicio de las negociaciones a seis bandas es la única manera de aliviar las tensiones en curso.

En la actualidad, todas las partes deben abstenerse de realizar cualquier acción que provoque ir más lejos y tomar el camino equivocado. Corea del Norte debe abandonar sus ambiciones nucleares, suspender los lanzamientos de misiles y detener las acciones militares que violan las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.

Mientras tanto, Corea del Sur y Estados Unidos deben rechazar el despliegue del sistema THAAD que socava los intereses estratégicos y de seguridad de los países de la región y pone en peligro la paz y la estabilidad en la península coreana.

La confrontación sólo generará un círculo vicioso de destrucción y atraso. China mantendrá su determinación y continuará exigiendo regresar a la mesa de negociaciones.

Jin Qiangyi, director del Instituto de Política Internacional del Centro de Investigación Corea del Norte-Corea del Sur, de la Universidad Yanbian

El despliegue del sistema THAAD ha llevado a la relación entre China y Corea del Sur a un punto ciego.

Corea del Sur está muy preocupada por la ambición nuclear de Corea del Norte. Sin embargo, lo que más le preocupa a Seúl es la protección de Washington, y como resultado, aunque muchos dentro del propio país desconfian de la efectividad del sistema THAAD, ceden soberanía a cambio de seguridad.

El alcance del monitoreo del sistema THAAD cubre un amplio radio dentro de Asia, lo cual representa una amenaza directa para China. El sistema THAAD ejercerá algunos efectos dentro del ajedrez estratégico chino-estadounidense en la región, y esto es lo que más le preocupa a Beijing. Con tantas serias preocupaciones sobre la seguridad nacional sobre la mesa, ni Beijing ni Seúl estarán dispuestos a hacer concesiones acerca del despliegue del sistema THAAD.

Aunque Corea del Sur experimenta una agitación política después del escándalo de corrupción que involucró a su presidenta, Park Geun-hye, y las protestas públicas sobre el sistema THAAD, la probabilidad de que Seúl retire el sistema de defensa es muy remota. Seúl intentará transformar el despliegue del sistema THAAD en un paraguas antinuclear de Washington. Dados los fuertes sentimientos patrióticos de ambos países, la tensión en la relación chino-surcoreana aumentaráen el futuro.

Una fuerte tensión entre Beijing y Seúl es lo que tanto Estados Unidos como Corea del Norte aspiran. Cuanto más complicado sea el problema del sistema THAAD, existirá una mayor brecha en la relación bilateral entre China y Corea del Sur, y ese es uno de los grandes objetivos estratégicos de Estados Unidos.

Mientras tanto, Pyongyang ha lanzado cuatro misiles balísticos. Desde una perspectiva estratégica y con la excusa del inminente despegue del sistema THAAD, Corea del Norte está desafiando a Washington y a Seúl, beligerante actitud que erosionará más aún la relación entre Beijing y Seúl.

El sistema THAAD, presentado inicialmente para contrarrestar los intentos nucleares de Corea del Norte, incide directamente en la reformulación de una correlación de equilibros en la región asiática, dentro de la cual ni China ni Corea del Sur serían los ganadores. Ambas partes deben establecer una mejor comunicación y cooperación en aras de proteger sus intereses nacionales, y a su vez, mantener la paz y estabilidad regionales. 

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