BEIJING, 11 mar (Xinhua) -- En el poblado Xiaotuoluo, situado en la provincia suroccidental china de Guizhou, las mujeres de la minoría étnica miao suelen cantar canciones folclóricas cuando bordan colas de pescado, cabezas de dragones y mariposas.
Según la tradición miao, las colas de pescado representan la riqueza, las cabezas de dragón estimulan a la gente a llegar a lo más alto y las mariposas traen suerte.
Esta labor, que tiene una historia de más de 2.000 años y es intrínseca a su cultura, fue incluida en el listado nacional de patrimonios culturales intangibles en 2006. Xiaotuoluo es el centro de este tipo de artesanía.
Sin embargo, este tipo de artesanía se conoce poco y se enfrenta a una crisis. La pobreza ha causado que mucha gente habilidosa haya tenido que irse muy lejos para huir de la pobreza, dejando que este arte haya caído casi en el olvido.
Cai Qun, una legisladora nacional oriunda de Xiaotuoluo, ha acudido a Beijing cada primavera desde 2013 tras ser elegida diputada de la Asamblea Popular Nacional (APN, el máximo órgano legislativo del país). Este año quiere atraer la atención de sus homólogos hacia los "dedos bailarines" de las mujeres miao.
"Muchas bordadoras habilidosas se marchan a grandes ciudades para hacer labores sencillas y repetitivas, como la manufactura de juguetes, zapatos o en líneas de producción de componentes electrónicos", denunció Cai.
"Lo peor es que tienen que alejarse de sus hijos y sus padres para ganarse la vida", agregó.
En Guizhou viven unos cuatro millones de personas que pertenecen a la etnia miao, un 42 por ciento de la población total de esta minoría étnica en el país, según los datos del sexto censo demográfico nacional.
Cai, de 36 años, experimentó en sus propias carnes varios años difíciles. En 2000 fue a Guiyang, capital de la provincia, con el sueño de ganar más dinero, pero terminó recogiendo basura. Luego probó suerte en una fábrica de la provincia oriental de Zhejiang, pero se sintió descontenta y atrapada.
"Siempre estaba cansada y ganaba poco dinero", rememoró. "Mi hija era casi una desconocida para mí, porque no estaba en casa para cuidarla", añadió.
El año pasado Guizhou contaba con 875.000 niños "dejados atrás", término que se refieren a los infantes que se quedan en el campo mientras sus progenitores van a las ciudades a trabajar. La mayoría de ellos estaban cuidados por sus abuelos o bisabuelos, mientras que más de 10.000 vivían completamente solos.
Cai ha tenido más suerte en comparación con sus compañeras. Ganó un premio por sus bordados en un concurso convocado en 2007 para seleccionar diseños para productos de consumo en Guizhou. Este galardón la inspiró y decidió comenzar sus propios negocios y unir a las mujeres de su pueblo natal para producir bordados para los fabricantes de ropa.
Ahora ya tiene una compañía de bordados que funciona bien. Pero quiere hacer más, por lo cual ha presentado el asunto ante el cuerpo legislativo.
Los legisladores de la APN son a tiempo parcial y forman parte de uno de las principales instituciones de poder estatal. Provienen de diferentes sectores y se les considera un canal importante para que se oigan las voces de la ciudadanía.
En las sesiones anuales de la APN pueden expresar sus ideas, que podrán cambiar la legislación y las políticas. La sesión del año pasado aceptó unas 460 resoluciones y más de 8.600 propuestas.
También revisan y votan por los documentos legales importantes y cambios de personal, incluida la elección del presidente y los vicepresidentes del país cada cinco años.
Cai ha presentado varias propuestas en los últimos cuatro años, la gran mayoría de ellas relacionadas con la protección de los patrimonios culturales intangibles. Su propuesta de este año es sobre las empresas pequeñas en las zonas rurales.
"Quiero ayudar a las personas a encontrar puestos de trabajo en sus pueblos natales, en vez que tener que ir a ciudades lejanas. De esta manera, no sólo pueden transmitir el arte de bordar, sino que también pueden quedarse cerca de sus personas queridas", explicó.
Los ministerios de Cultura y Educación planifican formar a 100.000 personas para trabajar en el sector de patrimonios culturales intangibles hasta 2020.
Guizhou comenzó a ofrecer apoyo para el desarrollo de la industria artesanal étnica en 2013 y ha ayudado a unas 500.000 mujeres a encontrar trabajo. El año pasado, la provincia destinó 7,5 millones de yuanes (1,1 millones de dólares) para formar a 4.000 bordadoras y más de 10.000 féminas han logrado salir de la pobreza.
"Deseo que algún día las bordadoras miao no necesiten abandonar su casa para buscar trabajo. Que cosan felices mientras cantan sobre la buena vida que tienen", concluyó Cai.