BEIJING, 16 abr (Xinhua) -- Casi toda la gente en China está hablando sobre televisión este mes.
"En el nombre de la gente" es un drama de 55 episodios sobre funcionarios corruptos que se encubren entre sí bajo la influencia de un "ex alto líder provincial".
Sin embargo, para los altos líderes de la vida real el drama no es completamente ficticio.
Un ejemplo de ello es la provincia de Hebei, en el norte de China. La Comisión Central de Control Disciplinario (CCCD) del Partido Comunista de China (PCCh) anunció el martes que Yang Chongyong, un importante legislador de Hebei, estaba siendo investigado por "diversas violaciones disciplinarias".
Antes de Yang, otros cuatro líderes provinciales de alto nivel fueron investigados desde noviembre de 2014, incluido el ex jefe provincial del Partido, Zhou Benshun.
Los investigadores han descubierto que si un alto líder de una región o sector es corrupto "contamina" a sus subordinados.
Cuando a un líder le preocupa más el bienestar de su propio círculo interior contamina todo lo que toca.
Su Rong era vicepresidente del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino. Ahora está cumpliendo cadena perpetua por corrupción.
Las malas influencias de Su pusieron el peor de los ejemplos a los funcionarios de la provincia de Jiangxi, este de China. Durante el periodo en que fue jefe del Partido, Su operó un círculo interior y vendió cargos oficiales.
Para reparar el daño, los funcionarios de alto nivel deben poner el ejemplo. Les haría bien aprender del trabajo que realiza el liderazgo central del PCCh para mejorar el estilo de trabajo.
Con una supervisión reforzada, los líderes de alto nivel de diversos niveles deben volverse inmunes a la corrupción.
Desde el XVIII Congreso Nacional del PCCh a fines de 2012, la CCCD ha investigado a más de 200 funcionarios de alto nivel. Sólo en 2016, había sancionado a 76 funcionarios de nivel ministerial y a más de 2.700 altos funcionarios de nivel de prefectura.
La campaña anticorrupción ha sido bien recibida por el público y debe ser una advertencia para todos los líderes de alto nivel.