El número de niños somalíes con desnutrición severa ha crecido en 50 por ciento a 1,4 millones desde enero, de acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
La agencia señaló hoy que la cantidad incluye a más de 275.000 niños que han sufrido o sufrirán en 2017 desnutrición aguda severa que puede poner en riesgo su vida.
Steven Lauwerier, representante de Unicef para Somalia, dijo que alrededor de 615.000 personas, la gran mayoría de ellas mujeres y niños, han sido desplazadas por la sequía desde noviembre de 2016.
"Unicef y sus socios han atendido a más de 56.000 niños severamente desnutridos en lo que va del año, casi 90 por ciento más que en el mismo periodo en 2016", dijo Lauwerier en un comunicado.
"Pero la combinación de sequía, enfermedad y desplazamiento es mortal para los niños y necesitamos hacer mucho más y más rápido, para salvar vidas", agregó el representante.
La principal temporada de lluvias del país, Gu (abril-junio) se está desarrollando lentamente.
Durante la hambruna de 2011 en Somalia, alrededor de 260.000 personas murieron, más de la mitad eran niños de corta edad. Las causas principales de muerte entre los niños son la diarrea y el sarampión.
La sequía ha obligado también a unos 40.000 niños a abandonar las escuelas porque las familias más vulnerables encargan a los niños la búsqueda de agua o porque migran para buscar alimentos y agua.
Existe evidencia de que más niños viven en las calles y de niños desplazados que son reclutados por grupos armados, alertó Unicef.