Unas 400 mujeres mexicanas con algún hijo que figura en la lista de las casi 30.000 personas desaparecidas en el país dejaron hoy a un lado el festejo del Día de la Madre para protestar en la Ciudad de México.
"No tenemos nada que celebrar. Mientras haya un desaparecido en México no podemos estar de fiesta", dijo a Xinhua Irma Leticia Hidalgo, madre de un joven que desapareció en enero de 2011 en el estado de Nuevo León, en el norte del país.
Hidalgo, un ama de casa, viajó 1.000 kilómetros en una camioneta rentada desde ese estado junto con otras 14 mujeres que comparten la misma tragedia para participar en la caminata, la sexta que madres de desaparecidos organizan en su día en la central avenida Paseo de la Reforma.
En su caso, relató, su hijo Roy Rivera desapareció después de que policías de la municipalidad de Escobedo lo secuestraron en su casa; ella pagó un rescate pero no ha vuelto a saber de este estudiante de la Universidad Autónoma de Nuevo León, que entonces tenía 18 años.
"No hay responsables, no hay una búsqueda efectiva y real más que la que hacemos los familiares", acusó Hidalgo.
Mujeres de los estados de Veracruz, Chihuahua, Sinaloa, Coahuila, Michoacán, Guanajuato, Jalisco, Querétaro o México también hicieron el viaje para caminar del Monumento a la Madre rumbo a la glorieta del Angel de la Independencia.
Prácticamente todas llevaban la fotografía de su hijo o hija impresa en un cartón que colgaba de su cuello o estampada en el pecho de su camiseta. "10 de mayo no es de fiesta. ¡Es de lucha y de protesta!", coreaba la mayoría.
Con ellas marchó el obispo de Saltillo y defensor de los derechos humanos, Raúl Vera, quien les manifestó que era un honor acompañarlas porque son un ejemplo de perseverancia.
Alma Rosa Preciado llegó desde la municipalidad de Guasave, Sinaloa (noroeste), para reclamar justicia por su hija Ilse Janeth Preciado y su familia, desaparecidos desde 2011 cuando viajaban en auto rumbo al estado de Chiapas (sureste).
La familia perdió todo contacto con Ilse Janeth, su esposo, José Leal, y su pequeña hija, Renata, más otro pariente, después de que les comentaron que estaban en la municipalidad de Córdoba, Veracruz, contó a Xinhua la madre.
"Desgraciadamente el Gobierno no trabaja. Es lo que pedimos, que trabaje para que se sepa dónde están mi hija y mi nieta", expresó Preciado antes de romper en llanto.
En México existen 29.912 personas desaparecidas o extraviadas, más de la mitad de ellas en los estados de Tamaulipas, México, Jalisco, Sinaloa y Nuevo León, de acuerdo con datos oficiales del Gobierno federal actualizados al 31 de enero pasado.
Los mismos datos señalan que el 68,2 por ciento de las personas desaparecidas, en su gran mayoría desde 2007, son hombres entre los 15 y los 44 años de edad.
Las autoridades atribuyen al crimen organizado el mayor número de casos, como ocurrió con los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos desde septiembre de 2014 en el estado de Guerrero (sur) y cuyos familiares también asistieron a la marcha.
"Es legítimo el reclamo de las familias de que hay que seguir trabajando y de que no nos podemos conformar con los resultados que tenemos al día de hoy", señaló a Xinhua el representante adjunto en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Jesús Peña Palacios.
El funcionario destacó que recientemente el Senado aprobó la Ley General de Desapariciones, por lo que en caso de que la Cámara de Diputados también la avale quedará tipificado el delito y podrán existir mejores mecanismos de búsqueda y registro.
"Yo pido que se esclarezca el caso de mi hijo porque es un chico trabajador, honesto y responsable que no le hacía daño a nadie", manifestó Gilberta Durán, madre de un obrero de 24 años que desapareció en la municipalidad de Ecatepec, estado de México (centro).
La ama de casa y su esposo marcharon cargando una manta con la imagen de su hijo, Gerardo Pérez, quien desapareció en febrero de 2016 supuestamente después de que salió de la casa donde vivía con su novia.
"Tengo tres hijas más que dejé en casa para poder venir aquí a manifestar la inconformidad por la violencia que se vive", comentó a Xinhua Durán.
Tras marchar casi una hora, las cerca de 400 madres y sus acompañantes tomaron las escalinatas del Angel de la Independencia para mostrar las imágenes de sus hijos y, varias de ellas, relatar ante el micrófono su experiencia.
Araceli Salcedo, madre de una joven de la que no existe rastro desde su rapto en 2012 en Veracruz, resumió durante su intervención el pesar que las lleva a marchar el día que México las festeja: "No han arrebatado solo a nuestros hijos e hijas, también la paz, la salud y hasta la vida".