LA HABANA, 4 jun (Xinhua) -- Aunque hace 170 años que llegaron a Cuba los primeros emigrantes chinos, ese proceso de relación intercultural no se ha detenido y hoy tiene expresión incluso en las nuevas familias que se forman en la isla.
Tao Hulei no podía imaginar que hace ocho años, cuando llegó a La Habana a estudiar medicina con una beca concedida por el gobierno cubano, terminaría construyendo una nueva familia y viviendo y trabajando en la isla.
"Cuando llegué no sabía nada del país, pero poco a poco he ido conociendo sobre todo a la gente, que es muy amable con los extranjeros, especialmente con los chinos", afirma Tao en perfecto español mientras sostiene en las rodillas a su pequeña hija nacida hace cuatro meses del matrimonio con la joven cubana Elizabeth González.
Ahora el médico chino, que trabaja en un hospital de La Habana, dice estar acostumbrado al caluroso clima cubano y conoce más la rica y multiétnica cultura de la isla.
Su esposa, Elizabeth, estudia chino en el Instituto Confucio y asegura que a pesar de la diferencia de idiosincrasia ambos se han relacionado bien y "estamos muy felices".
"En la casa solo hablamos español, aunque él me ayuda en el aprendizaje del chino, pero solo como tarea docente", afirma entre risas la joven.
Lo cierto es que Tao y Elizabeth son el más reciente eslabón de una cadena que se inició hace 170 años, cuando el tres de junio de 1847, llegaron a La Habana unos 200 culíes, los primeros emigrantes chinos que arribaron a la isla, muchos de los cuales se mezclaron e hicieron familia en Cuba.
Casi desde su entrada a Cuba, los chinos y sus descendientes dejaron una profunda huella en la historia y en la formación de la nacionalidad cubana, incorporados incluso al ejército libertador que enfrentó el yugo colonial español y después a la guerrilla de Fidel Castro que derrocó a la dictadura de Fulgencio Batista.
"No hubo un chino cubano desertor. No hubo un chino cubano traidor", reza un céntrico monumento habanero que guarda las palabras de Gonzalo de Quesada (1868-1915), un abogado cubano muy cercano al héroe nacional José Martí.
Este domingo concluyeron en la isla los festejos para celebrar la llegada a la misma de los primeros emigrantes chinos, actividades que contaron con la presencia del vicepresidente del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh), Ma Peihua, quien también preside la Asociación de Amistad de China con Latinoamérica y el Caribe.
En un acto realizado este sábado en La Habana, Ma aseguró que la cooperación bilateral "ha pasado las pruebas de la situación cambiante internacional y los dos pueblos también cosecharon una profunda amistad".
"Estamos dispuestos, junto con la parte cubana, a seguir siendo los buenos compañeros con sinceridad mutua, cooperación duradera y confianza recíproca, profundizando la amistad tradicional, ampliando la cooperación de beneficio mutuo, intensificando los intercambios para desarrollar mejor las relaciones chino-cubanas", dijo.
La presencia china en la isla ha sido tan fuerte que el gobierno organizó, desde el martes último y hasta este domingo, una jornada de actividades culturales que destacan el aporte chino a la cultura cubana.
En esas actividades sobresalió un desembarco simbólico en el puerto habanero de Regla, adonde llegaron los 206 culíes traídos en el bergantín español "Oquendo", procedentes de la región de Kwangtong, conocida en occidente como Cantón y llamada en la actualidad Guangzhou, y considerada como simiente de la mayor comunidad china en América.
La jornada incluyó espectáculos de artes marciales, conferencias históricas, exposiciones de pintores cubanos descendientes de chinos y la presentación del libro "Creencias y tradiciones chinas en Cuba", de la investigadora Mercedes Crespo.
También se reinauguró la imprenta del Barrio Chino de La Habana, donde se edita el diario Kwong Wah Po, único de su tipo en la isla, que desde hace más de 5 años no circula y que desde 1944 había sido el soporte para divulgar la vida cotidiana y el quehacer de los chinos en Cuba.
En la noche del sábado, en el Teatro Nacional de la capital cubana se presentó el espectáculo artístico "Bello Tianjing", protagonizado por una delegación de artistas de ese territorio chino.
Tao y Elizabeth asistieron a algunas de esas actividades, quizás sin saber que ellos representan un encuentro cultural que ha superado las barreras de la distancia y del tiempo para acercar mucho más a Cuba y China.