Por René Quenallata Paredes
LA PAZ, 27 jun (Xinhua) -- El gobierno de Bolivia descartó hoy cualquier devaluación de su moneda, el boliviano, al señalar que mantendrá su cotización respecto al dólar en 2017 para mantener la estabilidad.
Estas declaraciones fueron expresadas por el nuevo ministro de Economía, Mario Guillén, en una conferencia de prensa en La Paz, un día después de su posesión. Manifestó que continuará con las políticas macroeconómicas para salvaguardar la estabilidad y enfrentar una eventual devaluación, con el fin de no afectar a los ahorros, mantener la estabilidad y evitar presiones inflacionarias.
"Vamos a mantener el tipo de cambio y la proyección de crecimiento para este año. Además, vamos a acelerar la inversión pública. Las proyecciones están invariables, vamos a seguir creciendo y nuevamente vamos a ser líderes en la región en crecimiento económico", afirmó Guillén.
Según Guillén, la economía boliviana tiene entre sus bases de crecimiento la demanda interna, que en 2016 creció 4,3 por ciento, en tanto que la demanda externa bajó 0,3 por ciento.
"Son las cifras que sustentan el crecimiento de la economía. Vamos a seguir esa dinámica", explicó Guillén al recordar que desde 2006 la estabilidad cambiaria es uno de los factores del crecimiento que ubicó a Bolivia entre los países con mejores cifras en la región.
El 16 de mayo el presidente del Banco Central de Bolivia (BCB), Pablo Ramos, afirmó que el objetivo de la política financiera es mantener la estabilidad cambiaria, es decir, no apreciar ni devaluar la moneda nacional frente al dólar.
Para el BCB, el tipo de cambio real en Bolivia no está desalineado y está "muy próximo al equilibrio ideal", por eso no se vio obligado a devaluar como otros países de la región sudamericana que devaluaron su moneda y provocaron procesos inflacionarios en medio de una crisis internacional.
Ramos consideró que el BCB no puede cometer el mismo error que los países vecinos al devaluar sus monedas, porque puede provocar un incremento en los precios de los insumos importados y el aumento en los costos de producción.
El gobierno y expertos economistas, coincidieron por separado, que ni la depreciación de la moneda de los países vecinos, ni la baja cotización del petróleo, tuvieron efectos lapidarios para Bolivia.
Guillén fue posesionado el lunes como ministro de Economía por el presidente Evo Morales, en reemplazo de Luis Arce, quien tuvo que viajar de emergencia a Brasil para atender un problema de salud detectado por médicos bolivianos.
Guillén, ex viceministro de Pensiones, aseguró que Bolivia mantiene las proyecciones de crecimiento para este año de 4,7 por ciento, lo cual situará a la economía nacional en el primer puesto de expansión de la región.
Bolivia se consolidó en 2016, por tercer año consecutivo, como una de las economías con mayor desarrollo de Sudamérica, al registrar su Producto Interno Bruto (PIB) una tasa de crecimiento de 4,3 por ciento, según el reporte oficial brindado en abril por el estatal Instituto Nacional de Estadística (INE).
El ministro Guillén dijo que sus principales tareas son garantizar la estabilidad, crecimiento económico en el país y el pago de los bonos sociales, que permiten la redistribución de los ingresos entre la población, como parte del nuevo modelo económico social comunitario productivo que se aplica en el país hace más de una década.
"Mientras nos toca continuar con la implementación de un modelo, con esta estabilidad económica y crecimiento económico", precisó.