Por René Quenallata Paredes
LA PAZ, 3 ago (Xinhua) -- En la última década Bolivia ha experimentado un ascenso histórico en la producción de alimentos y en la ampliación de la frontera agrícola, gracias a la implementación de programas que permiten garantizar seguridad alimentaria.
Estas declaraciones las efectuó este jueves el ministro de Desarrollo Rural y Tierras, César Cocarico, en una entrevista con Xinhua en el marco el Día de la Revolución Agraria, Productiva y Comunitaria, que se celebra cada 2 de agosto, producto de una ley aprobada 2007 durante el gobierno de Evo Morales.
Según Cocarico, Bolivia produce más del 95 por ciento de sus alimentos para consumo interno, y la importación alcanza a un promedio del 5 por ciento, además, subrayó, la seguridad y soberanía alimentaria están garantizadas en Bolivia ya que es "autosuficiente".
"Escuché hablar en varios medios que hemos crecido en importaciones, pero un país que se provee en más del 95 por ciento de sus alimentos es un país que tiene seguridad y soberanía alimentaria", enfatizó el ministro.
Cocarico indicó que, pese a la sequía que azotó a varias regiones del país en 2016, Bolivia alcanzó una destacable producción alimentaria debido a los programas gubernamentales destinados al rubro agrícola.
De 1992 a 2002, periodo clave de los llamados "gobiernos neoliberales", en Bolivia se producía un promedio anual de 7,9 millones de toneladas de alimentos agrícolas.
De acuerdo a información del Ministerio de Desarrollo Rural, a partir de 2006 se incrementó esa producción hasta llegar los 17,26 millones de toneladas (en 3,68 millones de hectáreas) en 2015, el año más productivo en la historia del país.
No obstante, el ministro recordó que el 2016 no fue favorable para la producción agrícola, debido a una de las peores sequías de las últimas décadas, por lo cual se alcanzó a una producción de 15,67 millones de toneladas en 3,44 millones de hectáreas, una caída de 9 por ciento respecto a 2015.
"No se tuvo mayores problemas en la producción en general, excepto en los cultivos de arroz y maíz, que registraron caídas de importancia. El déficit de arroz se atendió con las reservas de la estatal Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa); y en el caso del maíz, se autorizó su libre importación desde el 2 de agosto del 2016", explicó.
Para 2017 se estima un crecimiento de la producción en torno al 8,9 por ciento con relación al año anterior, con lo que se alcanzarían cerca de 17 millones de toneladas en 3,44 millones de hectáreas.
La Fundación Jubileo, con datos preliminares del estatal Instituto Nacional de Estadística (INE), señaló que el valor de importaciones totales de alimentos y bebidas, en el primer trimestre de 2017 fue de 173 millones de dólares, 25,2 por ciento superior al registrado en el mismo período de 2016.
La importación de alimentos básicos destinados al consumo de los hogares registró un crecimiento de 17 por ciento, abundó el organismo.
Por su parte, el analista económico Jimmy Osorio, en declaraciones a una emisora local, consideró que el contrabando y la importación de alimentos se debe a que la demanda de insumos ha sobrepasado el nivel de producción interna.
Además, aseguró que la producción interna no ha podido salir de su precariedad, porque sigue siendo, en la mayoría de los casos, una producción parcelada, cultivada por familias y destinada a pequeños mercados.
Según su análisis, los alimentos ingresan a Bolivia porque los costos de producción en el exterior son más baratos, con respecto al dólar, "lo cual favorece a que, con una suma moderada de dólares, se pueda traer gran cantidad de alimentos".
Sobre estas apreciaciones, Cocarico dijo que "algunos analistas de la producción alimentaria en Bolivia, desconociendo datos, han tratado de desmerecer el esfuerzo de los bolivianos, enfocando a la importación como el aspecto de mayor crecimiento, cuando se amplió la frontera agrícola y la producción".
Según el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, en 2014 se importaron 887.071 toneladas de alimentos agrícolas, por un valor de 762 millones de dólares.
En 2015 se importaron 691.256 toneladas de alimentos por un valor de 628 millones de dólares; y en 2016 la importación llegó a 969.158 toneladas por un valor de 683 millones de dólares.
Es decir, en cuanto a valor, el año de mayor costo en la importación fue 2014 y en cuanto a la cantidad fue 2016.
Sin embargo, el ministro aclaró que si se relaciona las importaciones de 2016 (969.158 toneladas) con la producción (15,67 millones de toneladas), las primeras representan sólo el 5,8 por ciento del total.
En consecuencia, enfatizó Cocarico, la producción nacional tiene capacidad para abastecer el consumo interno incluso en periodos de emergencia.