LIMA, 21 ago (Xinhua) -- Los nueve millones 111.000 habitantes de la ciudad de Lima, Perú, ubicada en un desierto, conocen las necesidades de agua en época de verano, cuando cesan las lluvias en las altas montañas de los Andes, a 5.000 metros sobre el nivel del mar.
Para combatir la falta de lluvias, una red de represas y lagunas naturales ubicadas en la cordillera de los Andes abastecen de agua a la capital peruana.
El abasto de agua para la urbe peruana se debe al sistema hídrico ubicado en la localidad de Marcapomacocha, en la región centro andina de Junín, a 4.800 metros sobre el nivel del mar, explicó el presidente del Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal), Rudecindo Vega.
"El sistema de represas está compuesto por ocho lagunas en la Cuenca del Mantaro en las partes altas, simultáneamente, en las partes intermedias, un túnel trasandino y otro túnel en proyecto permitirá trasvasar las aguas al río Rímac, para garantizar agua a la capital peruana", dijo Vega en entrevista con Xinhua.
Durante la larga travesía por las carreteras de la cordillera central hasta Marcapomacocha, el funcionario y su equipo de técnicos, detalló el funcionamiento del complejo sistema hídrico cuyos inicios datan de mediados del siglo pasado y que abastece de agua a 92 por ciento de los limeños.
"En este sistema de represamientos, que tenemos a través de presas y lagunas, acumulamos 330 millones de metros cúbicos de agua", detalló.
En la zona de Antacoto, a 4.800 metros sobre el nivel de mar, existe la mayor represa destinada a acumular agua de lluvia y de los glaciales cercanos.
"Tenemos tres grandes represas, la represa Yuraqmayo, Waskacocha y la represa Antacoto; esta última, que es la más grande, nos permite acumular 120 millones de metros cúbicos de reserva, que lo vamos descargando en épocas de sequía", describió el funcionario.
Además, precisó que durante los meses que no llueve en Lima, de abril a noviembre, la capacidad del sistema hídrico altoandino asegura el abastecimiento de agua para los habitantes de la capital peruana.
"Estos 330 millones (de metros cúbicos de agua) nos deben servir para abastecer de agua en Lima en todos los meses que no llueve, que comenzaron, principalmente, desde abril (hasta) el mes de noviembre", indicó.
Otro de los problemas que enfrenta Perú, debido a su accidentada geografía, son los deslizamientos de tierra y agua (llamados localmente huaycos) durante la temporada de lluvias, situación que convierte en lodo las aguas del río Rímac, el principal abastecedor de las plantas potabilizadoras.
"Dentro de todo lo dañino que nos causaron los huaycos de la época de lluvias, en el mes de marzo, nos trajo una noticia buena, que nos permitió llenar nuestras presas. Nos permitió acumular el agua suficiente para la época en que no llueve", expresó Vega.
Durante los meses de verano de este año, las plantas potabilizadoras de agua se llenaron lodo proveniente del Rímac y se prolongaron los días con cortes intermitentes de agua potable.
Con la finalidad de evitar estos problemas la Sedapal avanza en la construcción de nuevas represas en el sistema hídrico existente en las altas montañas de Marcapomacocha y acueductos transandinos que permitirá trasladar agua limpia directamente a la potabilizadora.
"Tenemos previsto realizar en esta gestión (...) que el cien por ciento de peruanos tengan agua 24 horas al día", indicó Vega.
El funcionario peruano también explicó que están en marcha unos 700 proyectos de diversos niveles, con una inversión cercana a los 22.000 millones de soles (6.790 millones de dólares) hasta el 2021, que incluyen fuentes, presas (fundamentalmente), canales, túneles trasandinos y plantas de tratamiento.
Sobre planta de Antacoto, una de las más grandes de Perú y que se alimenta de los glaciales de la región central de Marcapomacocha, Vega subrayó que ésta permite acumular en reserva 120 millones de metros cúbicos de agua para casos de emergencia en verano.
"Tiene una profundidad de 31 metros y es la obra más importante para garantizar el agua a los limeños. En realidad este proyecto ya se concluyó, pero sí podemos optimizarla y tenemos previsto algunos proyectos para hacerlo", anotó.
Por su parte, el ingeniero de proyectos especiales, Josué Céspedes, explicó que estas iniciativas están vinculadas al trabajo de aguas subterráneas y aguas superficiales como parte del esfuerzo de las autoridades peruanas por garantizar agua en Lima.
"Tenemos razones para que las aguas (del río Rímac) estén altamente contaminadas (...) los relaves (de la minería), las cargas de los desagües industriales, las descargas de las poblaciones que están a lo largo de la Carretera Central y la basura doméstica que es arrojada al Rímac", dijo.
Indicó que el fenómeno de El Niño costero, que recientemente provocó daños en las zonas costeras peruanas, incluida la ciudad de Lima, tiene efectos negativos directos en el abastecimiento de agua potable.
También detalló que, para evitar en el futuro que el curso del Rímac sufra contaminación de desechos industriales y orgánicos, se tienen previsto la construcción de sistemas de acueductos transandinos conectados directamente desde las represas en las montañas hasta las plantas potabilizadoras.
"Prolongar estos túneles de la cadena de centrales hidroeléctricas para llevar agua, que es captada en muy buenas condiciones, directamente a la planta prolongando por túneles o la alternativa de tuberías bajo el cauce del río, de tal manera que se preserve la calidad del agua", anotó.
Puntualizó que gracias a este sistema de acueductos, el gobierno peruano podrá garantizar en los próximos años el abastimiento de agua potable a la ciudad de Lima, considerada la segunda ciudad más grande del mundo ubicada en una zona desértica, después de El Cairo, Egipto.