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Los candidatos presidenciales de Chile cierran una campaña marcada por la pluralidad

SANTIAGO, 16 nov (Xinhua) -- Los candidatos a la presidencia de Chile cerraron hoy una campaña marcada por la pluralidad, ya que hasta ocho aspirantes han presentado su propuesta para suceder a Michelle Bachelet en el palacio presidencial de La Moneda.

Los aspirantes centraron la campaña, que ha sido larga y en ocasiones algo embarrada, en atacar al enemigo pero también en preparar posibles alianzas de cara a una segunda vuelta que casi todo el mundo da por sentada, ya que en unas urnas con ocho candidatos parece improbable que algún candidato reúna más del 50 % del apoyo.

En las encuestas parte como favorito el expresidente y candidato de Chile Vamos, Sebastián Piñera, que representa a la derecha conservadora del país austral.

Piñera reunió a 5.000 personas en su cierre de campaña, celebrado en un parque de Santiago, en una presentación en la que lanzó un mensaje positivo lejos del "odio" que, según dijo, ha presidido la campaña y han sufrido él y su familia.

El candidato derechista, al que algunos especialistas otorgan un apoyo de más del 40 % e incluso alguno da la mayoría necesaria para ahorrarse la segunda vuelta, afirmó que a sus contrincantes les han faltado propuestas y les han sobrado descalificaciones.

"Podemos y debemos construir una mayoría positiva que se una, no como hacen otros en contra de una coalición o en contra de un candidato. Qué triste que lo único que los une es estar en contra, saben lo que no quieren pero no saben lo que sí quieren. Nosotros estamos unidos. No en torno a una persona, si no alrededor de un proyecto y una misión", dijo Piñera, que ya presidió Chile entre 2010 y 2014.

Terminó jaleado por sus seguidores en un mitin que cerró cargando, como ha sido costumbre toda la campaña, contra la actual presidenta, Michelle Bachelet, sabedor de que muchos votantes aún indecisos pueden asociar a la todavía mandataria con el principal rival de Piñera, el oficialista Guillier.

El propio Guillier ha manifestado en varias ocasiones que el gobierno actual no le puede hacer ganar las elecciones, pero sí se las puede hacer perder, aunque es consciente de que recibe el transvase de mucho votante que apoyó a Bachelet hace cuatro años.

Por eso durante su cierre de campaña, celebrado en el céntrico paseo Bulnes de Santiago, intentó defender a la actual administración ante miles de seguidores que jaleaban a ambos líderes de la centro izquierda chilena.

"Les prometo que vamos a seguir trabajando en la línea del proyecto de cambio que se inicia con Pedro Aguirre Cerda aquí presente y que continuó con Salvador Allende, Patricio Aylwin, Eduardo Frei, Ricardo Lagos y la mejor de todos, Michelle Bachelet. Soy consciente de la misión histórica de tomar el relevo y seguir avanzando", señaló Guillier.

La candidata presidencial del conglomerado de izquierdas Frente Amplio, Beatriz Sánchez, hizo hincapié en la fragmentación del tablero político.

Sánchez, que según las encuestas parte como tercera favorita para las elecciones del domingo, cerró su campaña en la ciudad de Concepción (sur de Chile), donde comenzó su carrera profesional como periodista.

La elección, lejos de ser casual, es un guiño a la descentralización política, una de las líneas maestras de Sánchez.

La candidata de izquierdas, que pretende recoger el voto joven y desencantado con la política tradicional chilena, bailó cueca -baile clásico chileno- tras pasear por las calles de Concepción saludando a sus votantes.

El aspirante del Partido Progresista, Marco Enríquez-Ominami, paseó por varios lugares de Santiago horas antes de su tercer intento de asaltar la presidencia de Chile.

ME-O, como se conoce popularmente a este aspirante encuadrado en el espectro de la izquierda, continuó con la tendencia mostrada en campaña de ser el más agresivo verbalmente y desafió al favorito Piñera y pidió la ayuda de los otros candidatos progresistas.

"¡Sebastián (Piñera), voy a por ti! Alejandro (Guillier), te necesito. Beatriz (Sánchez) y Carolina (Goic), las necesitó", aseguró.

ME-O acusó a Piñera de fomentar "la desigualdad y el clasismo".

"No te voy a permitir gobernar. Sebastián Piñera, soy tu freno, tu límite. Voy a defender el legado de Bachelet", consignó.

Por su parte, la candidata de la Democracia Cristiana, el partido más de centro del conglomerado que apoyó a Bachelet y que se llama Nueva Mayoría, puso fin a su campaña ayer con un acto en el Estado Nacional de Santiago.

La novedad fue su negativa a sumarse al bando de Guillier en una hipotética segunda vuelta, lo que dificultaría mucho las opciones de la izquierda de retener el poder.

Este domingo, estos cinco candidatos y otros tres más minoritarios se darán cita en las elecciones presidenciales de Chile.

Parece improbable que nadie reúna más del 50 % del apoyo, por lo que la opción más posible es que se requiera una segunda vuelta con los dos candidatos más votados y que está fijada para el 17 de diciembre.