SANTIAGO, 30 nov (Xinhua) -- Los candidatos presidenciales de Chile, Alejandro Guillier, de centroizquierda, y el ex presidente Sebastián Piñera, de derecha, ofrecen proyectos de gobierno con enfoques económicos opuestos, con miras a la segunda vuelta del próximo 17 de diciembre.
Guillier plantea fomentar una nueva economía con amplios programas sociales, mientras que Piñera deja todo a las leyes del mercado y la competitividad, además de reducir impuestos a las empresas e intentar cambiar las reformas impulsadas por la presidenta chilena, Michelle Bachelet.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe redujo de 2 a 1,3 por ciento la proyección de crecimiento de Chile este año, luego de que varios sectores económicos, incluidos los servicios empresariales que representan cerca del 40 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, registraron contracciones en los últimos tres trimestres.
Guillier, de centroizquierda, anunció "una nueva economía" para reactivar a los sectores productivos y de servicios, incluida la salud, seguridad social, las pensiones, la educación, pueblos originarios, género, diversidad y derechos, seguridad ciudadana, política migratoria y la regionalización.
Según el candidato, se pueden ampliar las propuestas a medida que se trabaje en el programa de gobierno final, el cual elaborará "con los ciudadanos, mientras recorre el país".
No obstante, dejó claro que su opción significa dar continuidad a las reformas de Bachelet.
En su plan, incluyó lineamentos específicos, como su compromiso a "reconocer constitucionalmente a los pueblos originarios y saldar así la deuda histórica que tiene el Estado con ellos".
Además, busca ampliar planes de transporte integrado para todas las regiones del país, establecer el matrimonio igualitario con filiación, incluir la violencia intrafamiliar en el Código Penal, ampliar el número de fiscales e impulsar una nueva política migratoria y los planes de descentralización estatal, incluida la apertura de impuestos regionales.
En aspectos políticos, el candidato, quien es independiente, hizo un reconocimiento a los partidos que lo respaldan (Radical, Socialista, Por la Democracia, Comunista, Progresista y País), al anunciar que seguirán trabajando juntos.
Guillier se comprometió a crear 900.000 nuevos empleos en cuatro años en caso de resultar electo y puso su énfasis en la importancia de las pequeñas y medianas empresas, al recordar que "son el motor de su estrategia económica".
"Es una oportunidad gigantesca para crecer sobre la base de una clase media emergente, con una política de Estado muy conservadora y razonable, con un crecimiento armónico", explicó.
El Partido Comunista consideró, sin embargo, que a las líneas programáticas presentadas por el candidato "todavía les faltan incluir aspectos para favorecer a los trabajadores".
Por su parte, el programa de gobierno del candidato de la coalición de derecha "Chile Vamos", Sebastián Piñera, incluye 745 medidas para un plazo de ocho años y cuyo valor para los primeros cuatro años es de 14.000 millones de dólares.
El documento "Construyamos Tiempos Mejores para Chile", de casi 200 páginas, fue elaborado por 20 comisiones temáticas e incluye 745 medidas, aunque el periodo presidencial es sólo de cuatro años, y tendrían un costo para los primeros cuatro años de 14.000 millones de dólares, equivalente a 5,5 por ciento del PIB de un año.
Ese programa se financiaría, según el candidato, en parte, con las "reasignaciones de presupuesto provenientes de programas mal evaluados, así como de medidas de austeridad fiscal y un programa de reducción de gastos innecesarios en el sector público, que incluye la reducción de nuevas contrataciones, viáticos, viajes, horas extra y asesores a honorarios".
La otra fuente de financiamiento provendrá "de un mayor crecimiento tendencial, que pasará del 2,6 por ciento proyectado en el Presupuesto 2018, a 3,5 por ciento hacia el final del periodo de gobierno en el 2022".
El programa propone un "estricto control de la evasión y medidas tributarias", así como una mayor eficiencia en las empresas públicas para permitir al Estado una recaudación tributaria adicional.
Piñera aseguró que su programa apuesta por una "segunda transición hacia el desarrollo integral", en busca de acuerdos en materia de salud, educación y seguridad con todos los sectores.
Algunas medidas previstas son reemplazar el sistema del transporte público de la capital en un plazo de 10 años, la extensión de las líneas del Metro y crear una nueva Línea, así como construir 800 kilómetros de ciclovías, modernizar el sistema de taxis y terminar con la construcción de la avenida central Américo Vespucio de Santiago.
Piñera anunció también la gratuidad en la educación parvularia, que beneficiaría a 500.000 niños.
En la educación superior, el ex mandatario ofrece mantener la gratuidad a quienes ya la adquirieron, pero su programa pone énfasis en becas y créditos administrados por el Estado, además de ampliar los "liceos bicentenarios" a 300 en todo del país.
También aspira a concretar la Reforma de Pensiones, la cual tendría un costo de 3.000 millones de dólares, cuatro puntos más que la cotización obligatoria, con cargo al empleador.
El objetivo es aumentar 40 por ciento las pensiones, lo cual puede beneficiará a 5,2 millones de cotizantes.
De igual forma, propone restablecer el periodo presidencial de Chile a seis años e introducir la reelección inmediata por una sola vez.
A pesar de que el sistema parlamentario acaba de ser renovado este año, al incrementar el número de diputados a 155 y de senadores a 50, Piñera propone reducir el número de diputados a 120 diputados y de senadores a 40.
Además, evaluará establecer el voto electrónico en las elecciones.
También propone la modernización del Tribunal Constitucional, mediante una revisión al sistema de nombramiento de los ministros (jueces) y crear el sistema de protección "Red Clase Media Protegida", dependiente del eventual Ministerio de la Familia y Desarrollo Social.
Otra de sus metas es duplicar la tasa de crecimiento económico y la creación de nuevos empleos, mejorar la calidad del trabajo, aumentar la tasa de incremento de los salarios y elevar a 2.500 millones de dólares las inversiones en la infraestructura de Chile.
De igual formas busca crear el Consejo de Paz en la Araucanía (centro), integrado por autoridades del Estado, del pueblo mapuche, representes de agricultores y organizaciones sociales.