Por Javier Ureta
SANTIAGO, 16 dic (Xinhua) -- El clima electoral favorable que experimentaba hace un mes el candidato chileno de derecha, Sebastián Piñera, desapareció por completo para la segunda vuelta presidencial que se efectuará mañana domingo con la irrupción de movimientos sociales.
Estos movimientos sociales han solicitado al electorado que no voten por el ex presidente chileno (2010-2014).
El gremio de los estudiantes, uno de los más beligerantes durante la estancia de Piñera en el palacio presidencial de La Moneda, volvió a pedir tras la celebración de la primera ronda no votar por el candidato de la coalición derechista Chile Vamos.
Otra de las asociaciones más emblemáticas, el movimiento "No+AFP", que lucha contra las Administradoras de Fondo de Pensiones, un sistema privado instalado en Chile durante el gobierno militar de Augusto Pinochet (1973-1990), también hizo hincapié en no apoyar a Piñera por su apoyo al método actual.
Sin embargo, no todas las negativas de estos actores vienen marcadas por diferencias políticas, ya que mucha gente se levante contra su candidatura por alguna de sus acciones durante la campaña.
De hecho el Frente Amplio, la tercera opción más votada en la primera ronda con 20 por ciento del apoyo y clave para discernir quién será el próximo presiente de Chile, solicitó no votar por él, aunque tampoco pidió de manera directa a sus seguidores otorgar sus papeletas al candidato de centroizquierda, Alejandro Guillier.
Sin embargo, unas palabras de Piñera en las que acusaba al propio Guillier y a la líder del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, de fraude fiscal por haber obtenido votos marcados en la primera ronda, desataron la ira de la sociedad.
La propia Sánchez anunció esa misma tarde y a título personal que votaría por el candidato de centroizquierda en los comicios de mañana domingo.
Otros referentes del Frente Amplio, convertido en el partido de referencia de esa izquierda joven y desencantada con la clase política actual, también han ido ofreciendo su apoyo a Guillier durante esta segunda campaña.
Los diputados del Frente Amplio ,Gabriel Boric y Giorgio Jackson, anunciaron que apoyarán a Alejandro Guillier, pero como muestra de rechazo a Sebastián Piñera, un ejemplo más del "todos contra la derecha" que se ha puesto en marcha en las últimas semanas en Chile.
Otros episodios de Piñera, como sus vaivenes en cuanto a la gratuidad de la educación, que en la primera campaña la rechazó, pero ahora dice apoyarla, también le han restado credibilidad.
Sin embargo, la victoria de Guillier no está nada clara.
Primero, porque Piñera prioriza la economía y seduce a millones de chilenos que han sufrido el lento crecimiento del país en la administración de la presidenta chilena, Michelle Bachelet.
Otro de los pilares principales de la derecha es la seguridad ciudadana, otro de los motivos de preocupación que más influyen en los chilenos.
Además, el desencanto de la sociedad con esta segunda administración de Bachelet puede perjudicar a Guillier, quien en las últimas semanas se ha presentado como continuador de las políticas de la presidenta y ha afirmado que pretende profundizar en ellas.
El candidato de centro-izquierda además mantiene el reto de aglutinar el apoyo de las otras fuerzas de su espectro político y no está claro que lo pueda conseguir.
Mientras algunos de sus rivales en primera ronda, como Carolina Goic de Democracia Cristiana, el independiente Marco Enríquez-Ominami o el profesor Eduardo Artés ya le han ofrecido el apoyo de sus votantes, no parece que lo vaya a tener tan fácil con los del Frente Amplio.
Incluso con las afirmaciones públicas de sus líderes Sánchez, Boric y Jackson de que votarán por él, no está tan claro que su electorado vaya a seguir sus pasos.
Los votantes del Frente Amplio, por su idiosincrasia, se sienten desencantados con la centroizquierda al incumplir las medidas que más preocupan a los chilenos, como la reforma del sistema privado de pensiones o la implantación de la educación gratuita.
Si al final Guillier consigue arañar un buen porcentaje de este electorado, sus opciones para ser próximo presidente pueden dispararse.
Piñera, por su parte, sabe que al 36 por ciento de votos que obtuvo en la primera ronda debe sumar casi el 8 por ciento que obtuvo el ultraderechista José Antonio Kast, quien ya le ha brindado su apoyo.