MADRID, 17 dic (Xinhua) -- Los resultados de las elecciones autonómicas de Cataluña (noreste) parecen difíciles de prever ante la enorme fragmentación existente con una participación récord, superior al 80 por ciento, claves para la estabilidad política de España.
El independentismo ha perdido "fuelle" en el país europeo, pero no se descarta que pueda ganar en votos a los constitucionalistas que denuncian la ruina económica que han dejado los soberanistas con la marcha de más de 3.000 empresas.
De momento, tras la publicación del último sondeo permitido por la Ley Electoral española hoy, domingo, ninguno de los bloques tiene opciones de superar el 50 por ciento del voto, quizás ni siquiera de rebasar el 45 por ciento, pero aún así, no se descarta que los independentistas logren la mayoría de escaños, en los comicios que se celebrarán el próximo 21 de diciembre.
Sin embargo, hay encuestas que señalan a los constitucionalistas y contrarios a la independencia, como el partido Ciudadanos, como ganadores de los comicios regionales, siendo así la primera vez que un partido de carácter nacional ganaría las elecciones de Cataluña y superando en votos y escaños a los independentistas de Esquerra Republicana (ERC).
Lo que está claro tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución española y analizando todos los pormenores que se han ido descubriendo en estos últimos cinco años de "enorme presión independentista" es que Cataluña crece la mitad que el resto de España y sus previsiones de crecimiento van a la baja.
Para los analistas, a partir del próximo día 21, aún ganando el independentismo, no tendría una mayoría social suficiente para volver de nuevo a insistir sobre la independencia de Cataluña, y más cuando el Consejo General de Economistas (CGE) ha señalado que la situación política vivida en Cataluña disparó su "índice de incertidumbre económica en España un 123 por ciento".
Esta cifra supone un aumento desde los 12 puntos en los que se situaba en septiembre pasado hasta los 26,8 puntos en octubre, y que en estos momentos ha bajado a los 18 puntos, tras la "cierta normalidad" recuperada con la aplicación del artículo 155.
De esta forma, gobernarán o no, pero el apoyo a la independencia está cada día más lejos de una mayoría consistente, muy por debajo de los porcentajes que en su día tuvo Canadá cuando exigía Quebec negociar una secesión, el ejemplo que tanto les gusta a los soberanistas y que repiten constantemente, señalan distintos expertos.
El declive, la tensión política o el riesgo de incertidumbre siguen, pero lo que realmente hay que resaltar, en opinión de expertos económicos, es la enorme fractura social, crisis económica, pérdida y deterioro del bienestar.
A esto hay que añadir una constante presión al Estado que solo ha servido a los independentistas para dibujar una realidad que no es tal como se ha demostrado en las últimas semanas con la confiscación de la documentación de los soberanistas por parte de la Guarida Civil del "proceso hacia una república".
Todo empezó en 2012 cuando el entonces presidente del Ejecutivo regional, Artur Mas, adelantó elecciones buscando una mayoría aplastante de nacionalistas de su propio partido, Convergencia i Unió (CiU), para enfrentarse al Gobierno de Mariano Rajoy cuando éste le negó la nueva financiación para Cataluña.
Hoy día el nacionalismo es independentista, va a menos y CiU ya no existe, ahora funciona a la baja con las siglas de Partido Demócrata Catalán, que lidera el expresidente autonómico Carles Puigdemont, que se encuentra huido en Bélgica, y que será detenido nada más pise suelo español.
Por otra parte, la Asociación Empresarios de Catalunya pidió este fin de semana al resto de empresarios y autónomos de la comunidad catalana que en las elecciones autonómicas del próximo día 21 "vayan a votar" y lo hagan por alguno de los partidos que proponen soluciones "en el marco de la Constitución y el Estatuto" y defienden la seguridad jurídica y la permanencia en la UE.
Por último, "en dos meses", recordó esta patronal, "más de 3.000 empresas han trasladado su domicilio social de Cataluña a otros lugares de España, más de 6.000 millones de euros de ahorros de catalanes se han movido a oficinas bancarias fuera de Cataluña" y "casi la mitad de las empresas reconocen haber paralizado sus inversiones a la espera de los resultados electorales del 21 de diciembre".