Fotografía de bacterias marinas, marcadas por fluorescencia. Los virus determinan su vida - MIT
Washington, 26/01/2018 (El Pueblo en Línea) - La vida del planeta está dominada por seres tan diminutos que son invisibles, y que por eso son muy poco conocidos. Aún así sabemos que en un gramo de suelo o en un mililitro de agua de océano hay millones de células y miles de especies de bacterias. Por si fuera poco, hay unas entidades aún más diminutas, los virus, que ni siquiera se consideran como seres vivos, pero que son aún más abundantes y más desconocidos que las bacterias. Su influencia sobre otras criaturas no es muy conocida, pero se sabe que es crucial. El biólogo Edward Osborne Wilson dijo de los virus que la diversidad de sus genes es superior a la de todos los otros seres vivos de la Tierra. Se calcula que hay cientos de millones de veces más virus en el planeta que estrellas en el Universo, según ABC.
En medio de ese sobrecogedor panorama, ayer un equipo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts y de la Escuela Albert Einstein de Medicina (ambos en EE.UU.) publicó en la revista «Nature» una investigación en la que anuncian el hallazgo del que es uno de los virus más abundantes de la Tierra. Se trata de un agente detectado en muestras de agua de todos los océanos del mundo y que no se había encontrado hasta ahora sencillamente porque los análisis no eran capaces de hacerlo.
«Ya sabíamos que los virus eran muy importantes en los océanos», dice en un comunicado KathrynKauffmann, directora de la investigación. Los cálculos ya indicaban que en cada mililitro de agua de la superficie del mar puede haber cerca de 10 millones de virus.
Sin embargo, ahora ha sido cuando los científicos han detectado uno de los virus que dominan las muestras de agua de todos los océanos. Lo han bautizado como «Autokyliviridae», en honor a un personaje de la mitología griega caracterizado por ser muy escurridizo.
Después de haberlo aislado y estudiado, los investigadores han sugerido que los «Autokyliviridae» podrían ser fundamentales para explicar la evolución de los virus y el papel de estos microorganismos en la regulación de las poblaciones de bacterias marinas, que son, a su vez, los que determinan la fertilidad de los océanos o la producción de oxígeno en el planeta, por ejemplo.