RIO DE JANEIRO, 20 feb (Xinhua) -- La justicia brasileña concedió hoy la libertad al empresario Wesley Batista, dueño junto a su hermano Joesley de la multinacional cárnica JBS, quienes el año pasado denunciaron el pago de sobornos al presidente de Brasil, Michel Temer.
Los hermanos Batista firmaron el año pasado un acuerdo de delación con la Fiscalía brasileña en el ámbito de la operación "Lava Jato" (Autolavado), que investiga la red de corrupción en la estatal Petrobras, y denunciaron haber pagado sobornos a 1.829 políticos de todo Brasil de 28 formaciones distintas.
Temer, acusado de recibir sobornos, evitó ser juzgado por corrupción, tras una votación en la Cámara de Diputados en la que se rechazó que el presidente fuera investigado por el Tribunal Supremo Federal.
La delación provocó una desvalorización del real en la bolsa al día siguiente, algo que aprovecharon los dos hermanos para comprar millones de dólares en el mercado y vender y comprar acciones de empresas, lo cual fue considerado como uso de información privilegiada.
En septiembre, sin embargo, la Fiscalía General suspendió el acuerdo al sospechar de que los dos hermanos omitieron informaciones en su delación, y ordenó que ingresaran a prisión.
Este martes, el Supremo Tribunal de Justicia (STJ) determinó la libertad de los dos hermanos, aunque Joesley continuará preso al tener otro mandato de prisión en su contra.
Pese a obtener la libertad, Wesley Batista deberá estar localizable las 24 horas, y tendrá prohibido acercarse o tener contacto con otros reos o testigos del caso, no podrá ocupar ningún cargo en empresas involucradas por las investigaciones y no podrá dejar el país sin autorización.
Los hermanos Batista sacudieron la política brasileña el año pasado, luego de que Joesley grabó una conversación que tuvo en la residencia del presidente Temer, en la cual relató todo tipo de irregularidades que el mandatario apenas consintió.
Ello provocó que la Fiscalía iniciara una investigación contra el mandatario y lo denunciara, algo que los diputados rechazaron y evitaron que Temer fuera obligado a dejar el cargo mientras era juzgado por la Corte Suprema.