INING, 30 mar (Xinhua) -- A las 14:30 del martes, Tashi Tso del Hospital Tibetano de Qinghai se poso un par de guantes desechables y empieza a sacar muestras de una partida de medicinas tibetanas que acaban de llegar.
"Las muestras se llevarán primero a expertos para una inspección visual, y luego para un examen bioquímico. Combinamos los métodos tradicionales con la tecnología moderna para asegurar la calidad del medicamento", describe Tashi Tso.
La medicina tibetana, conocida como Sowa Rigpa en el idioma tibetano, tiene más de 2.000 años de antigüedad y cuenta con influencias de la medicina tradicional china, india y árabe.
Esta modalidad se aplica principalmente en la región autónoma del Tíbet y los Himalayas. Semejante a la medicina tradicional china y con un gran contraste respecto a la medicina occidental, utiliza hierbas, minerales y a veces insectos y animales para tratar enfermedades. Es particularmente bien conocida por sus tratamientos digestivo, cardiovascular y reumatoide.
Puesto que la mayor parte de las medicinas tibetanas tradicionales son cogidas a mano por médicos tibetanos, las píldoras muchas veces son diferentes en su peso y contenido de agua. Hoy en día, el proceso manufacturero está siendo mudando de antiguos talleres manuales a nuevos métodos científicos y estandarizados.
"Por ejemplo, en el pasado, Liu Wei Xiao Yao San, una medicina para el tratamiento digestivo, era envasada en bolsitas de papel, que no pueden preservarla bien. Ahora existe una línea de producción para producir y envasar automáticamente la medicina", describe Tashi Tso.
El Hospital Tibetano de Qinghai produce 368 tipos de medicinas tibetanas con una producción anual de 200 toneladas. Hay actualmente 29 bases de producción de medicina tibetana en la región que pueden elaborar 1.042 variedades de medicinas.
Para acelerar el desarrollo de la medicina tradicional, China ha estado aumentando la inversión para construir más fábricas manufactureras estandarizadas a fin de combinar la medicina tradicional con las tecnologías modernas.
Solo en Qinghai, unas 15 compañías producen 160 variedades de medicinas tibetanas. En 2016, el valor de la producción total de dichas compañías sumó 2.300 millones de yuanes (unos 366 millones de dólares).
Además, los institutos de investigación también están floreciendo en las regiones occidentales chinas del Tíbet, Qinghai y Gansu.
Un laboratorio subordinado al Instituto de Medicina Tibetana de Qinghai está investigando los efectos de los elementos minerales de la medicina.
La medicina tibetana fue incorporada a la lista de patrimonio cultural intangible de China en 2006. La antigua práctica también ha ganado el apoyo de la Organización Mundial de Salud.
"La única forma para que la medicina tradicional gane importancia fuera de la meseta Qinghai-Tíbet es combinarla con la ciencia moderna", señala Doje, decano del Instituto de Medicina Tibetana de Qinghai.