TOKIO, 8 may 8 (Xinhua) -- El primer ministro chino, Li Keqiang, llegó este lunes a Tokio en una visita oficial a Japón, la primera de su tipo en ocho años y un esfuerzo decidido de Beijing por reconducir las relaciones bilaterales.
Los lazos entre los dos vecinos vivieron un enorme retroceso durante los primeros años de esta década debido a las provocaciones de Tokio en lo que respecta a varios temas territoriales e históricos. No fue hasta finales de 2014, cuando los dos países llegaron a un acuerdo de cuatro puntos para gestionar sus vínculos, que la tendencia empezó a cambiar.
Desde entonces, la interacción bilateral ha ido mejorando. Japón ha enviado señales positivas y China sigue comprometida a trabajar con un Tokio sereno en aras de una relación saludable que beneficie a ambas naciones y a la región en su conjunto.
Ante esta trayectoria, y coincidiendo con el 40º aniversario este año de la firma del Tratado de Paz y Amistad China-Lapón, el viaje de Li es una gran oportunidad para que los dos países repasen el pasado y tracen el rumbo futuro de sus relaciones.
China y Japón son vecinos próximos y tienen una larga historia de intercambios y comunicaciones amistosos. Comparten muchos intereses, sus economías son complementarias en un alto grado y deberían y pueden ser socios unidos por una cooperación mutuamente provechosa.
Después de que China abriera sus puertas al exterior en 1978, Japón estuvo entre los primeros en participar y beneficiarse, compartiendo con el pueblo chino su experiencia en ciencia, tecnología y negocios, además de ofrecer asistencia financiera. En retorno, obtuvo acceso a un gigantesco mercado y muchas reconocidas marcas japonesas se convirtieron en nombres familiares para los chinos.
Hace ocho años, China sobrepasó a Japón como la segunda mayor economía del mundo y en 2017 la economía china fue cerca de 2,5 veces el tamaño de la japonesa.
Esto no significa que el espacio para la cooperación esté decayendo, sino por el contrario que la torta de la cooperación esta creciendo y es mucho más grande.
China puede continuar aprendiendo de Japón en el desarrollo del sector financiero, en innovación y en tecnologías avanzadas, mientras Japón puede penetrar más profundamente en el mercado de China dado que este último está abriendo sus puertas más ampliamente.
Además, Tokio ha expresado recientemente su apertura a la Iniciativa de la Franja y la Ruta propuesta por Beijing, lo que ha abierto una nueva perspectiva prometedora para la cooperación bilateral, dado que muchas empresas japonesas llevan bastante tiempo esperando compartir las vastas oportunidades creadas por la visión china.
El nuevo impulso positivo no debería ser desperdiciado de ninguna manera. Ya es hora de que Japón se dé cuenta de que su relación con China es a largo plazo y una las manos con Beijing para avanzar las relaciones bilaterales en la dirección correcta.