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El vibrante turismo chino refleja la nueva era del gigante asiático

Actualizado a las 10/05/2018 - 16:07
Palabras clave:turismo,desarrollo,economía,mercado
El vibrante turismo chino refleja la nueva era del gigante asiático
El vibrante turismo chino refleja la nueva era del gigante asiático

Por Yasef Ananda

Beijing, 10/05/2018 (El Pueblo en Línea) - El vibrante desarrollo económico de China en su nueva era también se refleja en la fuerza de su actividad turística, dentro y fuera del país. Actualmente la industria turística se vincula directamente a los planes nacionales para la erradicación de la pobreza, el aumento del consumo interno, la capitalización de inversiones en nuevas tecnologías, la apertura comercial a gran escala y la actualización del diálogo intercultural del gigante asiático con el orbe.

Durante el último decenio, el crecimiento de China como mercado emisor de turismo ha sido, y sigue siendo, el más rápido del mundo. Gracias al aumento de los ingresos per capita, la formación de una robusta clase media y la flexibilización de los rígidos edictos que controlaban las salidas de los ciudadanos chinos al extranjero, el número de viajeros chinos pasó de 10 millones en el año 2000 a 83 millones en el 2012, momento en que China se consolida como el líder de turismo emisor en cuanto al gasto, superando ampliamente a países como Alemania, Estados Unidos, Italia, Japón, Francia y Reino Unido.

Desde entonces y hasta la fecha, el quinquenio transcurrido ha sido muy bien aprovechado por las tradicionales naciones receptoras del turismo chino, que cada año instrumentan nuevas estrategias de mercadeo en aras del desarrollo local.

Un ejemplo tácito es Thailandia. Durante las vacaciones de tres días del primer fin de semana de este mes, las estadísticas indican que Bangkok fue el destino más solicitado por los turistas chinos en cuanto a reservas de billetes de avión en comparación con otros destinos en el extranjero. El año pasado, los turistas chinos generaron más de 520.000 millones de baht (moneda thailandesa) en ingresos en el turismo de Tailandia, convirtiéndose en el mayor contribuyente al sector turístico del país en términos de volúmen de arribos y ganancias. Esta preferencia ha contribuido a que Bangkok supere a Londres y a París como el destino turístico más frecuentado del mundo.

También la lista de recientes destinos que aspiran a recibir turismo chino no ha dejado de crecer. Y muchos países y ciudades subrayan sus ventajas competitivas con el objetivo de pertenecer a la selecta lista "País destino del turismo chino", clasificación técnica que facilita los viajes grupales de un mercado de 135 millones de turistas anuales.

El mes pasado, la ciudad de Madrid reafirmó la bienvenida a los turistas chinos al firmar un acuerdo de colaboración con Chongqing que destaca la importancia estratégica del turismo chino para la capital española, que ha visto triplicarse la cifra de visitantes chinos en los últimos seis años, y las correspondientes ganancias.

En la medida que crece y se consolida el turismo chino, los intereses de los viajeros se diversifican. Si en décadas anteriores se distinguía por el llamado “turismo de consumo de productos de lujo”, básicamente en Estados Unidos y países desarrollados de Europa. Ahora también hay deseos de encontrar países con una rica flora y fauna, íntimos paisajes, escenarios para deportes extremos o poseedores de una cultura e historia distintivas. Asimismo, el factor humano también opera a favor de destinos más sencillos, que si bien no tienen comercios de primer nivel o servicios de lujo, la impronta, calidez popular y familiaridad en el trato logran sensibilizar al turista chino, que ante tal invitación se despoja de su timidez y rigidez ancentrales para estrechar relaciones y disfrutar de inolvidables momentos junto a los lugareños. En este sentido, América Latina y el Caribe es uno de los escenarios donde la nueva hornada de turistas chinos pueden encontrar un destino a la medida de su curiosidad y energías.

Países de la región como México, Chile, Uruguay y Cuba, por sólo citar algunos, siguen ampliando el alcance de su industria turística. Dentro del conglomerado de países emisores por lo que apuestan, China representa un futuro promisorio.

En el nuevo contexto de las relaciones entre América Latina y Estados Unidos, que no se han caracterizado precisamente por los besos y abrazos financieros que algunos esperaban recibir del presidente Trump, los expertos chinos consideran que el sector del turismo de Latinoamérica y el Caribe goza de una ventaja comparativa sin predecentes en el rediseño actual de la cooperación bilateral y comercial que se impone profundizar con China.

En este sentido, América Latina aún tiene algunas tareas pendientes para afirmarse como destino turístico "chinese friendly". Para ello, es menester invertir más recursos originales en la promoción de los destinos en las redes sociales y medios de comunicación chinos; acelerar las alianzas de touroperadores latinoamericanos privados con los grandes touroperadores chinos como Ctrip -considerada la empresa líder en Asia en gestión en línea del turismo internacional y la segunda a nivel mundial- y también con las pequeñas agencias de turismo que operan en ciudades chinas de segundo y tercer nivel; aumentar los tratados que faciliten la supresión de visados o flexibilizar los procesos existentes de tramitación de visas, que en muchos de los casos exigen como única forma de solicitud la presencia física o en su defecto algunos endilgan -de forma oportunista- un coste extra cuando el trámite es no personal; diseñar mejores y más económicas vías de interconectividad aérea con China, popularizar el renminbi como moneda de pago en las zonas turísticas y acelerar la entrada de la inversión china asociada al sector.

Lo más importante: entender que América Latina y el Caribe no puede ser una región de atractivos aislados, que compitan ferozmente por retener al turista chino. La cooperación sinérgica y el viaje multidestino es la clave en la sostenibilidad del crecimiento de un mercado donde “hay dulces para todos”.

En cuando a la comunicación social, los centros culturales y comerciales de América Latina deberían emular las fraternales iniciativas del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, que comenzó a ofrecer planos y explicaciones en idioma chino, siendo el primer museo importante de la capital española en dar este paso, y la sagacidad de los almacenes El Corte Inglés, que ofrece servicios especiales a los turistas chinos como un catálogo en mandarín y un restaurante chino de buen nivel.

En cuanto a los servicios gastronómicos, nada cuesta ampliar la perspectiva para halagar a los visitantes chinos y ofrecerles un menú que incluya platos que agraden (no agredan) al paladar chino, como los clásicos fideos con pollo y el arroz blanco, incluso en el desayuno. Incorporar el clásico detalle del agua caliente y la tetera eléctrica en la habitación, para seguir ebullendo el agua potable mientras se descansa y se disfruta de un canal de televisión chino, tomando en cuenta que hay muchos turistas chinos que no hablan inglés ni tampoco español.

La Organización Mundial del Turismo (OMT) ha indicado que para el 2020, China exportará mil millones de turistas, a un ritmo anual de crecimiento del 5% y recibirá 170 millones de viajeros. De concretarse la previsión, el gigante asiático se convertiráen el primer país receptor y emisor de turistas del mundo.

Como todo turista, los ciudadanos chinos demandan seguridad, respeto y buen servicio. Y también como todo turista internacional, para ser bien recibidos y respetados tienen que acatar las normas fundamentales de cada país de acogida y sintonizar con la idiosincracia de cada sociedad con las que interactuan. Ante los probables encontronazos que toda dinámica existencial de ida y vuelta encierra, para el éxito de la relación entre individuos de diversas nacionalidades es muy oportuno que siempre prime una sana actitud de entendimiento y predisposición a tender puentes en pro del desarrollo de la movilidad global y los beneficios que el turismo mundial, y en particular el turismo chino, aporta y aportará al desarrollo de las economías receptoras.

En lo personal, cuando he viajado con amigos chinos, ya sea por Cuba, España o dentro de la propia China, hemos pasado gratos momentos que anhelo repetir. Creo que ellos también piensan lo mismo. 

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