RIO DE JANEIRO, 13 jun (Xinhua) -- Cuatro años después de haber organizado el Mundial de fútbol de 2014 y a pocas horas para que se inicie una nueva edición del mayor evento futbolístico del mundo en Rusia, Brasil acumula obras prometidas en su candidatura que todavía no fueron terminadas.
De las 12 ciudades brasileñas en las que se disputó el Mundial hace cuatro años, en 11 hay al menos una obra prometida para el torneo que todavía no ha sido finalizada. Apenas una ciudad, Río de Janeiro, logró concluir todos los proyectos prometidos para 2014, si bien algunos de ellos finalizaron después de disputarse el torneo, aprovechando que la ciudad carioca fue sede en 2016 de los Juegos Olímpicos de verano.
La mayoría de las obras que todavía no fueron finalizadas son de movilidad urbana y de ampliación o mejora de los aeropuertos.
La falta de dinero, a raíz de la grave crisis económica que sufrió Brasil entre 2015 y 2016, problemas con las constructoras, la mayoría de ellas salpicadas por el gigantesco caso de corrupción alrededor de la petrolera estatal Petrobras, así como contratos que fueron rescindidos y problemas judiciales con algunas desapropiaciones son los factores que explican la situación.
Si bien Río de Janeiro entregó todas las obras previstas para el Mundial, la crisis económica y de violencia que vive la ciudad ha provocado que una de las "joyas" del proyecto carioca, un corredor de 39 kilómetros para el transporte público, se encuentre con varias estaciones cerradas y con pésimas condiciones debido al vandalismo y la falta de mantenimiento.
En Sao Paulo (sureste), la mayor ciudad del país, los dos proyectos estrella, además del nuevo estadio de fútbol, eran una línea de metro nueva y otra que conectara con el aeropuerto internacional de Guarulhos, el mayor del país y situado en la región metropolitana.
Mientras que la línea 17 del metro, cuyas obras llegaron a ser anunciadas como finalizadas en varias ocasiones, todavía no tiene ninguna estación funcionando, el 'expreso' que lleva hasta la terminal de Guarulhos fue inaugurada apenas en marzo pasado.
En Recife (noreste), hay cinco proyectos que debían haber estado listos hace cuatro años que todavía no fueron entregados. Cuatro de ellos son corredores urbanos para facilitar el transporte público, mientras que la quinta obra es la 'Ciudad inteligente', un proyecto que debía ser la primera ciudad inteligente de Brasil, pero cuyo contrato fue rescindido el año pasado por el gobierno regional.
En Belo Horizonte (sureste), las obras de ampliación del aeropuerto internacional de Confins y la modernización de la terminal están paradas desde septiembre de 2014. La nueva administración del aeropuerto asegura que las obras deben correr a cargo de la estatal Infraero, que por su parte, informa que está en negociaciones con la controladora del aeropuerto para financiar las obras.
En la misma ciudad, el proyecto mundialista incluía la construcción de 78 nuevos hoteles, de los que apenas 35 fueron finalizados dentro del plazo establecido. Otros cinco se entregaron en 2015 y tres todavía no han sido finalizados. Los 35 restantes, no salieron del papel.
En Cuiabá (centro-oeste), resaltan las obras abandonadas de un Vehículo Ligero sobre Raíl (VLT, en portugués), que no llegó a tiempo para la cita mundialista y cuyas obras están paralizadas desde diciembre de 2016.
Apenas se hicieron 6 de los 22 kilómetros de la obra, que ya consumió 1.066 millones de reales (unos 290 millones de dólares), según el diario O Globo. El mantenimiento de los 42 vagones y los materiales ya comprados cuesta 16 millones de reales mensuales (4,3 millones de dólares).
En la capital Brasilia (centro), todavía hay cinco obras que no fueron terminadas, entre las que destaca la urbanización del entorno del estadio nacional Mané Garrincha y un VLT que debía unir el centro de la ciudad con el aeropuerto internacional.
En Manaos (norte), el principal proyecto de movilidad para el Mundial era un corredor para autobuses hasta el estadio, construido exclusivamente para la cita futbolística. Sin embargo, en 2012, el gobierno regional y el municipal anunciaron que no entregarían la obra, alegando atrasos en la liberación de recursos federales para el proyecto, calculado en 1.200 millones de reales (unos 325 millones de dólares actuales).
Aunque se anunció que el corredor se construiría después del mundial, a día de hoy todavía no se ha realizado su licitación. La capital amazónica, uno de los principales destinos turísticos del país, también prometió construir tres centros de atención a los turistas: uno está todavía en obras y los otros dos no salieron del papel.
En Porto Alegre (sur), el proyecto mundialista contemplaba 18 obras relevantes en la ciudad. Hoy, cuatro años después del inicio del torneo, diez de las obras permanecen inacabadas y dos ni empezaron. Todas ellas son de movilidad urbana.
El año pasado, el nuevo alcalde de la ciudad pidió un informe sobre las deudas de las obras mundialistas, que reveló que se necesitarían 282 millones de reales (76 millones de dólares) para finalizarlas todas, incluso las no iniciadas. Del importe, 45,4 millones de reales (12,2 millones de dólares) serían para saldar deudas pendientes.
En febrero de este año, el banco público regional, Banrisul, firmó un acuerdo para financiar con hasta 120 millones de reales (32,4 millones de dólares) todos los proyectos que no fueron concluidos.