La concentración de dichas partículas en el vino es extremadamente baja - ABC
Washington, 23/07/2018 (El Pueblo en Línea) - Según muestra un estudio realizado por el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS), en el que analizaron distintos tipos de vinos cosechados entre los años 2009 y 2012, el desastre nuclear que ocurrió en la central japonesa de Fukushima en el 2011 ha provocado el incremento de los niveles de partículas radioactivas en el vino de California, en Estados Unidos. El experimento vino de la mano de los científicos franceses, Michael S. Pravikoff, Christine Marquet y Philippe HubertCon, los cuales utilizaron una «espectrometría de rayos gama», para descubrir que el vino fabricado después del desastre nuclear denotaba una cantidad alta de «partículas radioactivas», pues contenía Cesio-137, un «isópoto radioactivo» que se origina por la «fisión nuclear en armas atómicas o en reactores».Pravikoff concedió una entrevista al medio New York Times en la que aprovechó para mandar un mensaje de tranquilidad a los aficionados del vino, explicando que «la concentración de dichas partículas en la bebida es extremadamente baja y por lo tanto, no representa ningún peligro». En definitiva, esa tasa de radiación es extremadamente inferior a la que representa la totalidad del planeta, según ABC.
El Departamento de Salud Pública de California también se ha manifestado para expresar su desconocimiento acerca del estudio y para afirmar que no hay peligro de amenaza a la salud de la población. Con anterioridad la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró después del desastre de Fukushima que los alimentos procesados tanto en Japón como en otros países no eran peligrosos para los consumidores.
El 11 de marzo Japón sufrió uno de sus peores días en su historia. Un tsunami provocado por un terremoto con una magnitud de nueve puntos arrasó la región de Tohoku. El nivel de sus repercusiones fue tan intenso que acabó llegando a las costas noroientales del país, y esas mismas olas fueron las protagonistas de las fugas de material con un alto nivel de radiactividad cuando dañaron la central de Fukushima. Está considerado como el segundo mayor desastre nuclear, por detrás de Chernóbyl (Ucrania) que ocurrió en 1986.