Por Gerardo Laborde
MONTEVIDEO, 30 ago (Xinhua) -- El barrio Casavalle de Montevideo es sinónimo de violencia y narcotráfico en los medios uruguayos de comunicación, pero un viaje de cinco escolares a China hizo que por unos días significara, también, esperanza sobre el futuro.
Con altos niveles de pobreza y exclusión, esta barriada de la periferia de la capital uruguaya dejó atrás por un momento los titulares sobre ajustes de cuentas y zonas "prohibidas" para la policía.
"Este viaje es una experiencia que a los 'gurises' (niños) les va a cambiar la vida", dijo a Xinhua Federico Mesa, director de la escuela número 319 "República Popular China", enclavada en Casavalle y dependiente de la educación pública.
SUEÑO Y REALIDAD
El primer viaje en avión de Braian, Cristian, Erika, Belén y María, cuyas edades rondan los 11 años, fue muy especial: un vuelo de 36 horas entre Montevideo y Beijing con escalas y tres aviones distintos.
Acompañados del director de la escuela y de la maestra, Micaela Sanguinetti, los cinco niños realizaron esta travesía que forma parte de un intercambio educativo-cultural enmarcado en las relaciones entre Uruguay y China, que en 2018 cumplen 30 años. El viaje es financiado por el gobierno chino.
El cansancio evidente con el que llegaron a una Beijing calurosa y húmeda, el 10 de agosto, no les restó entusiasmo por la semana que tenían por delante para conocer esa ciudad y su gente.
A Beijing la calificaron de "una ciudad maravillosa" por "su arte, su arquitectura, sus animales, la diversidad de su gente, su increíble tecnología, en una mezcla de lo moderno y lo antiguo", según escribieron en una bitácora de viaje.
Comieron en el "mejor restaurante de pato laqueado del mundo. ¡Un restaurante 5 diamantes!" y reconocen que "hemos abierto las puertas de nuestros sentidos para vivir nuevas experiencias, para aprender, para disfrutar, para pensar, para soñar, para compartir".
"Visitamos lugares históricos, algunos de ellos antiguos, otros súper modernos. Aprendimos que además de su pasado, en Beijing se escribe buena parte de la historia del mundo actual", mencionaron.
A algunos los impactó la Gran Muralla, la Ciudad Prohibida, o poder ver a un par de Guerreros de terracota en el Museo Nacional de China, y a otros, "la arquitectura de la ciudad, el tráfico, la cantidad de gente, la vegetación".
Sí hay consenso en algo: "Todos quieren volver y estudiar en Beijing".
CONTEXTO VULNERABLE
Mesa quiere que se divulgue que en Casavalle también pasan cosas positivas, y este viaje es una muestra clara.
Es un barrio pobre de gente trabajadora, donde la mayoría no tiene sus necesidades básicas satisfechas.
Lo que es peor, "desde el 2012 estamos viviendo bajo una situación de violencia desconocida", lamentó Mesa en alusión a un enfrentamiento entre bandas de narcotraficantes que se disputan el territorio.
Esa "guerra" afecta a veces a inocentes: en marzo un niño fue baleado en el pecho frente a la escuela, por fortuna sin secuelas graves.
"La violencia atraviesa todas las relaciones. La escuela está en el medio de esta comunidad y vive eso", explicó Mesa, aunque sin perder el optimismo.
"El viaje también vino a traer un poco de horizonte y de esperanza a la comunidad", sostuvo el director.
"Noticias como el viaje y los proyectos que aquí se despliegan hacen visibles las cosas positivas que salen en el barrio", manifestó Mesa.
Otro orgullo de la escuela es haber creado e impulsado la Cooperativa de producción de bioinsumos, un emprendimiento que genera fuentes de trabajo y busca preservar el medio ambiente.
"No podemos seguir configurando a los 'gurises' en ese mar de violencia en la que están creciendo, también tenemos que configurarlos en un horizonte de posibilidades y de que podemos construir cosas superpositivas", enfatizó.
FUTURO MEJOR
En diálogo con Xinhua, Mesa dijo que está convencido de que este viaje les cambiará "las posibilidades que pueden tener como sujetos, su configuración personal", al "conocer otro marco civilizatorio y otra cultura diferente".
Al cumplir la premisa previa de compartir su experiencia con los compañeros que quedaron en Montevideo, uno de los viajeros explicó que en China "es todo muy distinto, pero en realidad somos bastante parecidos".
"Somos distintos, pero iguales", resume el director, para quien esta travesía sirvió para derribar prejuicios generados en el desconocimiento del otro.
Mesa no ocultó el entusiasmo propio y de la comunidad por la construcción de una nueva escuela, que será financiada con una donación del gobierno chino de más de dos millones de dólares.
"No piden nada a cambio. Es difícil de entender. Estamos muy contentos", afirmó, y resaltó la colaboración permanente con el centro educativo de la Embajada china.
Con el viaje, los niños comprobaron que "el mundo puede ser un poco menos ancho y menos ajeno", agregó Mesa.
En las crónicas del viaje, los niños de Casavalle expresaron su deseo de que "los puentes culturales que existen entre ambos países se fortalezcan si trabajamos juntos, unidos y nos conociéramos más".