BEIJING, 19 oct (Xinhua) -- En un importante discurso recién pronunciado sobre la política de Washington hacia China, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, pareció estar muy asustado cuando afirmó que un buque naval chino llegó a 45 yardas del USS Decatur en el mar Meridional de China y este último se vio obligado a maniobrar rápidamente para evitar una colisión.
Estas declaraciones solo confunden lo blanco con lo negro. El líder estadounidense no mencionó que la zona en la que el incidente tuvo lugar está dentro de las 12 millas náuticas del territorio chino, pero 7.500 a las costas más cercanas de EEUU.
¿Quién se acercó a quién de manera agresiva? La respuesta es clara.
Durante los últimos años, EEUU ha recurrido a una variedad de trucos en el asunto del mar Meridional de China, pero se pueden resumir en tres modelos.
Primero, mostrar los músculos y avivar las tensiones bajo el pretexto de las llamadas "operaciones de libertad de navegación".
Desde mayo de 2017 al menos 11 buques de guerra estadounidenses, incluidos el USS Dewey y USS Stethem, han entrado en la zona dentro de las 12 millas náuticas de las islas y arrecifes chinos, supuestamente para garantizar el paso libre en el mar Meridional de China.
Pero el hecho es que durante mucho tiempo unas 100.000 embarcaciones han estado atravesando el mar Meridional de China cada año, y ninguna ha tenido problemas con el libre tránsito. Existe una tradición de libre tránsito en esta masa de agua, que acoge a más de la mitad del comercio marítimo global.
Irónicamente, EEUU, que ha estado actuando en nombre de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS, siglas en inglés), no es un signatario de la UNCLOS, y nunca ha pensado que estuviera obligado a seguir este acuerdo.
En esencia, el enfoque de EEUU es imponer a otros países, por medio de la coacción, un entendimiento unilateral y erróneo de Washington de la ley internacional.
Segundo, fabricar rumores y engañar al mundo con su poder dominante para cambiar la opinión pública.
Según la lógica hegemónica de Washington, el despliegue por parte de EEUU de embarcaciones de guerra y bombarderos avanzados en el mar Meridional de China no es un acto de militarización, ni lo son tampoco las frecuentes misiones de reconocimiento cerca de las islas chinas, pero la legítima construcción china de instalaciones de defensa necesarias en su propio territorio sí lo es.
Washington ha elegido ignorar los hechos: China está llevando a cabo una construcción pacífica en su propio territorio en el mar Meridional de China y como nación soberana tiene un derecho inalienable a construir instalaciones de defensa en su propio territorio.
Tercero, sembrar la discordia entre las diferentes partes involucradas en el asunto del mar Meridional de China y presionarlas para escoger un bando.
Washington ha venido aprovechando la cuestión del mar Meridional de China para generar enfrentamientos entre las naciones de la región.
Muchos observadores, tales como Joseph Thomas, experto en temas del Sudeste Asiático, han notado que EEUU ha venido metiéndose en las elecciones y otros asuntos internos de algunos países del Sudeste Asiático, y su decisión de inmiscuirse o no casi simpre depende de la actitud que aquel país tenga hacia China y la postura sobre la cuestión del mar Meridional de China.
En un artículo fechado el 6 de octubre, el periódico The South China Morning Post indica que las declaraciones de Pence sobre el mar Meridional de China pretendieron enviar un mensaje claro a los países de la región: ya es hora de "escoger un bando" entre Washington y Beijing.
Sin embargo, las naciones de los alrededores del mar Meridional de China conocen bien las intenciones de Washington. Estados Unidos ha venido procurando crear una falsa impresión de que el Sudeste Asiático da la bienvenida a su presencia militar en el mar Meridional de China, pero la verdad es que países de la región se mantienen vigilantes ante la intervención militar de Estados Unidos.
Como han señalado el ministro indonesio de Defensa, Ryamizard Ryacudu y muchos otros, los países de la región pueden resolver adecuadamente la cuestión del mar Meridional de China, y no necesitan de una intervención exterior.
No es difícil de ver que debajo de los tres patrones de Washington hay una cuestión de mentalidad. Generalmente, son los que carecen de confianza son los que se dedican a dar miedo.
En realidad, China y otros países relevantes de la región han hecho esfuerzos efectivos para consolidar la estabilidad en el mar Meridional de China y han demostrado una actitud positiva para resolver este problema histórico de manera pacífica.
Su genuina determinación de hacer del mar Meridional de China un mar de paz, amistad y cooperación es la mejor defensa contra quienes intentan hacer olas.