Shao Haipeng camina en el Parque Olímpico de Beijing con su exoesqueleto robótico. Shao completó una distancia equivalente a una maratón completa. (Foto: Hao Yi/ China Daily)
Por Cang Wei y Mao Weihua
Urumqi, Xinjiang, 27/11/2018 (El Pueblo en Línea) - Shao Haipeng y Li Tao, son dos impedidos físicos que caminan con la ayuda de exoesqueletos robóticos. Recientemente, ellos recorrieron lugares emblemáticos de China como la antigua ciudad Kashgar, los guerreros de terracota en Xi'an y el Templo del Cielo en Beijing en un viaje de nueve días desde la región autónoma uygur de Xinjiang.
Como hecho relevante, antes de volar a Xi'an, el 17 de noviembre caminaron 6 kilómetros en Kashgar.
Durante la ruta, uno de ellos logró caminar un total de 42,22 kilómetros – algo más que un maratón completo- mientras que el otro cifró 21,63 kilómetros ayudado por su exoesqueleto robótico.
Shao, de 28 años, el año pasado se lesionó la espina dorsal en un accidente y no puede caminar sin ayuda. Mientras que Li, de 40 años , fue diagnosticado con mielitis -una inflamación de la médula espinal- y desde el 2016 está paralizado de la cintura para abajo.
Los dos hombres comenzaron su viaje el pasado 15 de noviembre, partiendo de Kizilsu kirguizo, en Xinjiang. Le acompañan observadores que certificarán las distancias caminadas con el exoesqueleto robótico.
"Algunas personas nos llamaron “Iron Men” cuando nos vieron caminando con el exoesqueleto robótico", precisó Shao. "La gente en Xinjiang es muy apasionada y amistosa. Incluso personas extrañas nos animaban durante el camino.”
"En Kashgar, los niños recogieron flores silvestres y nos mostraron el camino. Eran como ángeles. Me hicieron muy feliz."
Li afirmó que si bien es difícil para él dar hasta un pequeño paso, siempre tuvo la confianza de completar el viaje y realizar su sueño.
"Caminamos para animar a que muchas más personas con discapacidades sean como nosotros", precisó. "Esperamos que se unan y reinserten a la sociedad. "
Los dispositivos portátiles -diseñados por la Universidad de Beihang, el hospital de la provincia de Jiangsu y una empresa de robótica de rehabilitación de Beijing- son los primeros exoesqueletos robóticos que se certifican por la Administración Nacional de Productos Médicos.
Los hospitales primero miden el cuerpo del paciente y, en consecuencia, ajustan los exoesqueletos robóticos. El equipo funciona sujeto a la cintura, las piernas y los brazos. El proceso de acoplado dura unos tres minutos.
Los datos de la velocidad y la longitud de la zancada se programan en el ordenador que el paciente portará en su espalda. Un discapacitado gracias a la robótica puede dirigir sus movimientos, aunque también necesitará bastones para mantener el equilibrio.
Cada exoesqueleto robótico cuesta 300.000 renminbi (43.200 dólares estadounidenses).
Un grupo de pacientes en Xinjiang se han beneficiado del uso de este novedoso equipo. Jelil Mamat, de 39 años, sufre mielitis y estuvo paralizado durante cinco años.
El miércoles, él notó que otros dos pacientes entrenaban con unos extraños equipos. Después de consultar a los doctores, al día siguiente pidió probar el exoesqueleto robótico.
Ya el jueves, con la ayuda de un exoesqueleto, el antiguo carpintero se levantó por primera vez de la silla de ruedas para dar sus primeros pasos. Su esposa y su hijo le abrazaron y tomaron fotos.
Ding Qiang, jefe de un equipo médico enviado por la provincia de Jiangsu para ayudar a los discapacitados de Xinjiang, precisó que dos conjuntos de exoesqueletos robóticos serán donados al hospital de Kizilsu Qirguiz para ayudar a los pacientes locales en los ejercicios que buscan recuperar su capacidad motriz.
(Web editor: Rosa Liu, Rocío Huang)