El alemán Uwe Brutzer. (Foto: Chinanews. com)
Changsha, Hunan, 27/12/2018(El Pueblo en Línea) - Un alemán que reside en Changsha, provincia china de Hunan, ha ganado una merecida reputación gracias a las obras benéficas que ha venido realizando en la ciudad.
Antes de vivir en China, Uwe Brutzer trabajaba para una farmacéutica en Stuttgart, Alemania. Sin embargo, ahora gerencia una singular panadería que emplea a ocho personas discapacitadas.
Hace 18 años, después de enterarse de que muchos niños con discapacidades auditivas en Hunan perdían la habilidad de hablar debido a una inadecuada rehabilitación, Brutzer y su esposa Dorothee decidieron viajar a China para ayudar en un centro bajo administración de la Federación de Discapacitados de Hunan.
Hasta la fecha, la pareja germana ha asistido a más de 500 niños con discapacidades auditivas. Durante su voluntariado, Brutzer también comprendió que era difícil para los individuos con problemas auditivos encontrar empleo, a pesar de estar dispuestos a trabajar y comunicarse con los demás.
En el 2011, Brutzer decidió abrir una panadería para ofrecerle instrucción y desarrollo personal a personas con discapacidades auditivas.
(Foto: Chinanews. com)
Durante los últimos ocho años, en la panadería de Brutzer se ha formado un total de 16 panaderos profesionales.
El aprendiz Ma Shaohua aseguró al Servicio de Noticias de China que en la panadería de Brutzer se ofrecen clases gratuitas para aprender a hornear, y que a los estudiantes se les entregan cientos de yuanes al mes. Este joven confía en que, al cabo de uno o dos años, llegará a ser un calificado panadero y listo para trabajar en cualquier panadería de China.
Zhang Ming, quien ha laborado durante cinco años en la panadería de Brutzer, aclara que este comercio es totalmente diferente al entorno que enfrentaba en su trabajo anterior. Ahora ella es muy respetada por sus compañeros y gana más de 3.000 renminbi al mes de una manera decente y motivada. Además, Zhang recalcó que quiere seguir trabajando en la panadería de Brutzer.
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La panadería siempre sufría pérdidas. Gracias al aporte adicional de los Brutzers no cerraba. Sin embargo, desde hace dos años ha ganado fama en las redes sociales, ha crecido la cantidad de clientes y se obtienen ganancias.
"Lo que hacemos es sencillo: tratamos de ayudar a tantas personas como podamos", asegura Brutzer, un alemán de buen corazón que siempre está dispuesto a conectar a los que pueden hablan y escuchar con aquellos que padecen algún tipo de discapacidades auditivas y aspiran a vivir en un mundo sin barreras.
(Web editor: Rosa Liu, Rocío Huang)