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RESUMEN: Temer deja la presidencia con baja popularidad pero con economía enderezada

RIO DE JANEIRO, 31 dic (Xinhua) -- Con una impopularidad récord, el gobierno de Michel Temer llega al final de su mandato con la aprobación más baja de la historia de la democracia brasileña, pero habiendo logrado enderezar la mayor economía de América Latina, tras sufrir los efectos de la peor recesión de su historia, entre 2015 y 2016, explican a Xinhua varios expertos.

Según una encuesta reciente de la firma Datafolha, Temer deja la Presidencia de Brasil con la mayor tasa de rechazo desde el fin de la dictadura militar en 1985: apenas un 5 por ciento de la población aprueba su gestión y un 74 por ciento lo considera malo.

Sin embargo, en los últimos meses, la impopularidad del mandatario ha disminuido, lo que para el profesor de Economía de la Universidad de Campinas Márcio Pochman se debe al hecho de haber logrado una cierta estabilidad económica.

"En economía, el desempleo disminuyó, si bien sigue alto; la inflación cayó; la tasa básica de interés se situó en su menor histórico y el Producto Interior Bruto (PIB) volvió a crecer, aunque de forma tímida, pero está en trayectoria de expansión nuevamente", comenta Pochman.

Según él, el momento clave durante los dos años y medio de gobierno de Temer fue la denuncia que recibió por parte de la Fiscalía tras la divulgación de una conversación que mantuvo en su residencia con el empresario Joesley Batista, quien relató todas las irregularidades que parecía que Temer consentía.

"Tras la denuncia, Temer hizo un discurso público para defenderse de las acusaciones, aunque sus dificultades aumentaron. Desde este momento en adelante, su base de apoyo en el Congreso sirvió más para aplazar las investigaciones contra él que para aprobar su agenda de proyectos. Y con ello, no consiguió aprobar la crucial reforma de la Seguridad Social", explica Pochman.

Para Samuel Pessoa, de la Fundación Getulio Vargas (FGV), "Temer asumió un gobierno teniendo la mitad del país en contra acusándolo de golpe de Estado. Con la divulgación del audio con Batista, perdió el apoyo de buena parte de las personas que no tenían antipatía por él. El encuentro con Batista podría decirse que fue el error más clamoroso de su gestión".

Cuando deje este martes la Presidencia, Temer se enfrentará a tres denuncias por corrupción en la primera instancia de la Justicia.

Samoa afirma que "el gobierno de Temer entrará a la historia como un gobierno muy conservador pero reformista desde el punto de vista del mercado. Dependiendo de la mirada, será visto como positivo o como nefasto. Para los conservadores, fue positivo, si bien para otra parte de la sociedad, fue un gobierno corrupto e insensible en cuestiones sociales".

Para el analista político Claudio Couto, también de la FGV, "las reformas de Temer fueron positivas, principalmente para la economía, como es el caso de la reforma laboral y de la enmienda que estableció un límite de 20 años para la tasa de crecimiento de los gastos públicos".

Couto considera que la gestión de Temer supuso una ruptura con la política que Brasil ha adoptado desde 1930. "La reforma laboral y la generalización de la tercerización significan un rompimiento con el sistema de relaciones del trabajo corporativo que había sido instalado en la década de 1930 con Getulio Vargas y no había sido alterado tan profundamente en los gobiernos de Fernando Collor (1990-92) y Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), más conservadores que Lula y Dilma Rousseff (2003-2016).

"Desde el punto de vista neoliberal, es el gobierno más exitoso. Llevó adelante, con un tiempo relativamente pequeño, modificaciones que la era de los Fernandos (Collor y Henrique Cardoso), también de tenor liberal, no lograron hacer. Este congelamiento por 20 años del gasto público operacional no financiero es algo inédito en la historia. No existe otro país que tenga una situación determinada para dos décadas después en relación al comportamiento del gasto público", dijo.

Temer asumió el cargo en mayo de 2016 después de que el Congreso destituyera a la mandataria electa Dilma Rousseff, y entregará la Presidencia de Brasil este martes a Jair Bolsonaro, ganador de las elecciones del pasado mes de octubre.