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Ontario, Canadá, 28/01/2019(El Pueblo en Línea) - Un grupo de físicos canadienses del Instituto de Física Teórica del Perímetro con sede en Ontario, encabezados por Neil Turok, han ideado un nuevo modelo cosmológico que plantea la existencia de un “Antiverso” (un universo en reversa). De existir este “Antiverso” y ser una prolongación del nuestro, preservaría una regla fundamental de la física llamada Simetría CPT.
Los investigadores todavía necesitan elaborar muchos detalles de su teoría, pero afirman que el “Antiverso” explica la existencia natural de la materia oscura.
El periódico ruso Moskovski Komsomólets trató el tema con el físico teórico Alexéi Starobinski,académico de la Academia de Ciencias de Rusia e investigador del Instituto de Física Teórica de Landau.
Sobre las bases de un posible mundo paralelo, Starobinski refiere que para el “Antiverso” existe en otro mundo, en otro espacio, por lo que ahora no puede establecerse interacción directa. Se podría decir que se aleja de nuestro universo a una velocidad mayor que la de la luz. Sin embargo, los dos universos están conectados como antigemelos por un nacimiento común hace unos 14.000 millones de años.
Hay un consenso en que el “Antiverso” podría ser una copia exacta de nuestro mundo.
Starobinski explica que de acuerdo a la teoría, el “Antiverso” debería ser extremadamente similar al nuestro, reemplazando la materia por antimateria, todas las partículas por antipartículas, una carga eléctrica positiva por negativa y viceversa, y la derecha por la izquierda, como si se reflejara en un espejo.
En este sentido, el tiempo es uno de los conceptos claves para entender el “Antiverso”.
En el universo donde vivimos, el tiempo fluyó según nuestra manera habitual. En el otro, comenzó a moverse con la misma velocidad hacia el pasado. Pero todo eso es relativo a nuestro universo. Si miráramos el tiempo desde el “Antiverso”, fluiría como lo hace aquí y sería natural, aunque en reversa. Los eventos y las estructuras también se desarrollarían de lo simple a lo complejo, concluye el investigador ruso.