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La verdad de la disputa sobre la "ayuda humanitaria" a Venezuela

BEIJING, 1 mar (Xinhua) -- La iniciativa sobre el ingreso de "ayuda humanitaria" a Venezuela, que formaba parte de un proyecto de resolución presentado por Estados Unidos, fue rechazada el jueves en la ONU, en un momento en que la politización y el auténtico motivo de esta asistencia está en duda.

Para muchos ciudadanos venezolanos y expertos extranjeros, lo que el pueblo venezolano de verdad necesita es una ayuda genuinamente humanitaria, es decir, independiente y respetuosa con la soberanía del país, el fin de las sanciones estadounidenses y la resolución de la crisis a través del diálogo y medidas pacíficas lo antes posible.

FALSEDADES EN LA FRONTERA

Durante el intento de ingreso el sábado 23 de febrero de la "ayuda humanitaria", el autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó, hizo anuncios que, según revelaron luego los medios de comunicación, no eran ciertos.

"Atención Venezuela: Anunciamos oficialmente que YA ENTRÓ el primer cargamento de ayuda humanitaria por nuestra frontera con Brasil. Esto es un gran logro, Venezuela!", escribió Guaidó en Twitter ese mismo día. Periodistas de varios medios de comunicación, entre ellos de la CNN, desmintieron que así ocurriera.

En cuanto a las acusaciones de Guaidó cuando aseguró que soldados venezolanos intentaban quemar camiones cargados con la ayuda, Jonathan García, diputado del estado de Táchira, en la frontera de Venezuela con Colombia, explicó a Xinhua que las cosas ocurrieron de otra manera.

"Unas gandolas (vehículos pesados) fueron colocadas en las adyacencias de un puente internacional en la población de Ureña por parte de quienes están intentando violentar la soberanía del territorio venezolano. Estando todavía en territorio extranjero, (uno de ellos) fue incendiado por encapuchados", apuntó.

García, que estuvo en la zona fronteriza los días 21, 22, 23 y 24 de febrero, dijo que los allí presentes vieron "cómo llegaron grupos auspiciados por dirigentes de la oposición a sembrar violencia en la frontera para sobrepasar los cordones de seguridad dispuestos por las autoridades venezolanas de forma legítima en los perímetros de los puentes internacionales y en los pasos fronterizos".

Entre tanto, Laetitia Courtois, jefa de la Delegación Internacional de la Cruz Roja, aseguró a través de un tuit que tenían constancia de que algunas personas no afiliadas a la organización estaban utilizando su emblema en la frontera entre Colombia y Venezuela y Brasil y Venezuela.

"Les exigimos que dejen de hacerlo (...) Están comprometiendo nuestra neutralidad, imparcialidad e independencia", detalló Courtois y añadió que "el respeto del emblema de la Cruz Roja es indispensable para nuestro trabajo".

UNA HISTORIA CONOCIDA

Las reiteradas declaraciones de Donald Trump sobre que todas las opciones están sobre la mesa en el caso de Venezuela han recordado a muchas intervenciones militares anteriores de EEUU en la región, como las de Centroamérica en los años setenta y ochenta.

Rodrigo Salazar, profesor investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), explicó a Xinhua, que, a juzgar por esas declaraciones, Trump está "considerando seriamente" niveles más activos de intervención en Venezuela, además de los tradicionales por parte de la Casa Blanca, como han sido apoyar financiera, diplomática y logísticamente a la oposición.

"Por la propia declaración de Trump, lo que uno habría considerado hace unas semanas como modelo de intervención, que por su fracaso había caído en desuso, al parecer esta persona la está considerando seriamente", señaló en referencia a las mencionadas incursiones militares.

A su juicio, es posible una operación de esta índole en la medida en que Trump y sus asesores crean que "pueden hacer una intervención como la panameña (1989, para detener al fallecido gobernante Manuel Antonio Noriega), que es entrar, derrocar al gobierno, montar un nuevo gobierno y salir con la confianza de que el nuevo gobierno no será derrocado de inmediato".

La larga historia de intervenciones militares y políticas de EEUU en la región fue también esgrimida por el analista cubano Sergio Ramírez, para quien "en este caso, una de las características más llamativas es que han intentado ocultar su agresión bajo un paraguas de una supuesta entrega de ayuda humanitaria".

"Han prácticamente cercado al país entre Colombia, Brasil, Curazao, Aruba y Bonaire que son también un enclave de Holanda en la región; por estos puntos han desplegado un operativo militar con el supuesto objetivo de entregar ayuda humanitaria", explicó el también periodista de "Cubadebate".

Consideró, no obstante que, pese a no descartarla, "todo parece indicar que la opción militar no es la de su preferencia porque esa misma historia de intervencionismo militar hace muchos años que no lo han aplicado en el continente" y lo que buscan es un "cerco político y económico".

"Si el mundo y la comunidad internacional realmente aspira a una multipolaridad, a que ninguna nación pueda imponer su voluntad ni pueda violar impunemente el derecho internacional, Venezuela es un buen lugar para decirle a EEUU o a cualquier otro país que no se puede actuar de manera unilateral, que no se pude imponer voluntades y que no se puede violar el derecho internacional", concluyó.

LA VERDADERA AYUDA HUMANITARIA

El motivo del envío de "ayuda humanitaria" de EEUU está lejos de ser humanitario, pues carece del primer requisito indispensable para ello, que es la independencia, según han evidenciado en los últimos días responsables de organismos y organizaciones internacionales.

Además, ciudadanos venezolanos consultados por Xinhua instaron a EEUU a poner fin a sus sanciones contra Venezuela si de verdad quiere ayudar al país.

Ricardo Lovera, un ayudante de mecánico y estudiante de 21 años, consideró que "en vez de ayudar a la gente de mi país lo que hacen es empeorar la situación" y afirmó que sin ellas "estaríamos mejor". "No entiendo para qué hacen esas sanciones si dicen que quieren ayudar, la mejor ayuda es que no intervengan".

"Sí es verdad que ahora hay más gente pobre que en años anteriores, pero creo que afuera de Venezuela las televisoras exageran y dicen que la situación aquí es demasiado grave y que todos estamos desnutridos y muriendo en las calles", resaltó.

Eduardo Barreto, un carpintero de 51 años, explicó que al hospital donde trabaja "han dejado de llegar ciertos medicamentos después de esas sanciones, creo que son sanciones que nos dañan y lo ideal sería que ese tipo de medidas que afectan a la gente dejen de aplicarlas".

"En muchas cosas no apoyo al Gobierno de mi país, pero estoy en desacuerdo con que otro país quiera intervenir y causar daño, o incluso invadirnos, porque en sus intereses no les conviene el Gobierno. Yo creo que como dice un refrán popular 'los trapos sucios se lavan en casa'", señaló.

Responsables de la Cruz Roja Internacional y de la ONU reiteraron estos días la necesidad de no politizar la ayuda humanitaria y de sentarse a dialogar para encontrar una solución pacífica.

En declaraciones hechas esta semana desde España, el presidente de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y Media Luna, Francesco Rocca, aseguró que su organización está preparada para enviar ayuda a Venezuela siempre que se respete su independencia e imparcialidad.

A principios de mes, la organización anunció que no participaría en el paquete enviado por EEUU "con el fin de garantizar el cumplimiento de su misión exclusivamente humanitaria y de acuerdo con los principios fundamentales de imparcialidad, neutralidad e independencia".

La vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohammed, insistía por su parte en que Gobierno y oposición deben sentarse a negociar, evitar politizar la asistencia humanitaria y encontrar una solución pacífica a la crisis.

Durante una visita a España para impulsar la agenda de desarrollo de Naciones Unidas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), reiteró que la asistencia humanitaria "tiene que hacerse bajo el principio de que todo el mundo tiene que estar incluido".

(Contribuyeron también a esta información los corresponsales de Xinhua Willey Peñuela en Caracas, Luis Brito en Ciudad de México, y Noemí Galbán en La Habana)