BUENOS AIRES, 17 abr (Xinhua) -- Las medidas anunciadas este miércoles por el gobierno de Argentina para reducir la alta inflación representan un "alivio" para la economía ciudadana en el corto plazo pero "no toca aspectos estructurales" para combatir este flagelo, opinó en entrevista con Xinhua el economista argentino Pablo Salvador.
El doctor en Economía por la Universidad de Jyväskylä de Finlandia se refirió al conjunto de medidas presentadas por el presidente Mauricio Macri y el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, luego de que la víspera se reveló que la inflación acumuló en el primer trimestre del año un 11,8 por ciento.
"Son medidas que buscan impulsar el consumo para hacer más llevadera esta crisis que estamos atravesando, pero no apuntan a los problemas de fondo, los problemas estructurales, para combatir definitivamente la inflación", expresó Salvador.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) de Argentina, en marzo pasado la suba de precios en los bienes y servicios aumentó 4,7 por ciento respecto del mes previo, la cifra más alta del año y considerada elevada por las autoridades argentinas.
Los principales anuncios efectuados por el Ejecutivo constan del congelamiento de precios en algunos productos y servicios.
En ese sentido, no habrá aumentos adicionales en las tarifas de electricidad, telefonía móvil, transporte y peaje; además de que el gobierno logró un acuerdo con empresarios para mantener el precio de 60 productos básicos en los próximos seis meses.
Para Salvador, estas medidas apuntan a un mayor alivio social de cara a las elecciones presidenciales de octubre próximo, en las que el presidente Macri busca la reelección.
"Apuntan a las elecciones, para que el gobierno llegue con una macroeconomía algo más estable, a la que se suman las medidas del Banco Central (BCRA) para estabilizar el mercado cambiario y evitar sorpresas e incrementos de precios tan brusco", enfatizó.
La fuerte inflación que enfrenta Argentina, es en versión del gobierno, una consecuencia de la volatilidad cambiaria que el país vivió desde finales de abril del 2018.
De acuerdo con el BCRA y los voceros gubernamentales, el tipo de cambio, que reflejó una pérdida del 50 por ciento del valor del peso frente al dólar, tardó en impactar definitivamente en todos los precios de los bienes y servicios, por lo que las subas que hoy se evidencian son consecuencia del "arrastre de precios" al alza del dólar.
"Este número de inflación de 4,7 por ciento es negativo, en el año acumulamos casi un 12 por ciento de inflación y si uno se detiene a observar la variación interanual el número es aún más negativo", continuó Salvador.
Para el también profesor de Economía por la Universidad Nacional de Cuyo, la suba de precios es quizás el flagelo más importante de la economía argentina en la actualidad.
Consideró que la inflación es una derivación del "elevado gasto público" que existe en el país, que hoy "ronda el 43 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB)".
"La inflación es producto del déficit fiscal crónico que nuestro país tiene desde hace muchos años; y que sin importar color o bandera política todos los gobiernos han hecho un gasto mayor al de las posibilidades reales de Argentina", manifestó.
Alertó sobre el impacto de este indicador en la población más vulnerable, "como quienes viven de una jubilación o pensión, o que no tienen acceso a créditos". En ese misma línea, advirtió que podrían crecer los niveles de pobreza e indigencia si los precios siguen al alza y los salarios no acompañan este sendero.