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China no espera tener una guerra comercial, pero nunca ha tenido miedo de luchar

Actualizado a las 17/05/2019 - 15:59
Palabras clave:luchar,guerra comercial,miedo

Beijing, 17/05/2019 (El Pueblo en Línea) - Desde la antigüedad, China ha sido una nación cortés, buscando realizar intercambios recíprocos a través de la diplomacia. Sólo cuando el abordaje pacífico se hunde ante las confrontaciones, es que China recurre a medidas concretas.

El país ha respondido a las fricciones comerciales con gran moderación. Además, se preparó meticulosamente y con la máxima sinceridad para las conversaciones con Estados Unidos.

Con la esperanza de alcanzar un acuerdo mutuamente beneficioso sobre la base de la igualdad y el respeto mutuo, la delegación china llegó a Washington para negociar, incluso después de la imposición de aranceles adicionales por valor de 200 mil millones de dólares estadounidenses a las importaciones chinas hacia los Estados Unidos.

Después de que este hecho aumentaran las fricciones comerciales entre China y Estados Unidos, China tenía que adoptar contramedidas y decidió elevar la tasa de aranceles adicionales a una parte de las importaciones estadounidenses. Entretanto, todavía esperaba que Estados Unidos puedan volver al camino correcto de las conversaciones bilaterales en materia económica y comercial, que tomara medidas de articulación con China y se resolvieran los problemas existentes mediante la cooperación y la vía negociada.

Un país con integridad se comporta noblemente. Un político extranjero señaló que China, nación que sabe mantener su palabra con otros países, es una sabia civilización y una nación que no declina sus responsabilidades.

Durante todo el año pasado, la sinceridad y amabilidad chinas para avanzar en las negociaciones se pudo verificar. China siempre mantiene sus promesas. Lamentablemente, Estados Unidos renegó de lo afirmado e intenta sacar provecho para elevar sus irrazonables demandas comerciales y ejercer una presión extrema sobre China. Esto no ha sido más que un error de cálculo.

La indulgencia china no significa debilidad y su honestidad no puede ser pisoteada por Estados Unidos. China nunca hará concesiones sobre cuestiones de alto relieve ni permitirá que sus intereses nacionales y de su pueblo salgan lastimados. China está decidida a salvaguardar sus intereses y su dignidad nacionales.

Estados Unidos no está haciendo nada más que ensuciar su propia reputación e imagen a través de los intentos por presionar de forma extrema para tratar de imponer absurdos requisitos.

China mantiene una postura clara: en una guerra comercial no hay ningún ganador. Y aunque China no espera tener una guerra comercial, nunca ha tenido miedo de luchar.

Debido a que la economía china y la economía estadounidense están profundamente integradas, imponer aranceles adicionales no sólo perjudica los intereses del pueblo chino, sino también del pueblo estadounidense y del orbe.

Siendo, desde un principio, consciente de este punto, China trató a Estados Unidos con la máxima sinceridad, amabilidad y cortesía. Mientras tanto, basada en predicciones, se ha preparado para una situación agravada.

El pueblo chino no enfrenta una guerra sin preparación o sin la confianza de que pueda ganarla. Recreando los peores escenarios, siempre se prepara para lo peor, mientras se esfuerza en obtener lo mejor.

China ha encontrado una forma importante de hacer que su desarrollo económico sea constante e intensivo mediante la estabilización del empleo, las finanzas, el comercio exterior, el capital extranjero, la inversión y las expectativas. La economía China goza de una amplia perspectiva, ya que existe un enorme mercado interno, y se verifican mejoras en la competitividad de los productos y las empresas gracias a que la reforma estructural del lado de la oferta avanza más y más. Y aún queda suficiente espacio para perfeccionar políticas fiscales y monetarias.

La confianza de China a la hora de negociar está signada por su sinceridad y proviene de su resiliencia económica. Centrarse en sus propios asuntos permitirá al país tener plena confianza para afrontar cualquier riesgo o desafío.

La cooperación es la mejor opción para ambas partes, pero manteniendo los principios. China no hará concesiones sobre cuestiones altamente sensibles. El país estará siempre abierto a las negociaciones y considera que comparte una amplia gama de intereses comunes y un amplio espacio para cooperar con Estados Unidos. Asimismo, China afirma que los dos países deberían buscar un terreno común, dejando a un lado las diferencias y persiguiendo los resultados ganar-ganar.

La cooperación debe basarse en la sinceridad y en la observancia del respeto mutuo y la igualdad. Estados Unidos debería colaborar con China para alcanzar un acuerdo que sea mutuamente beneficioso. Solamente si se reunen juntos en la mitad del camino, con el fardo de las diferencias aspirando a lograr consensos y resolviendo los problemas existentes de manera racional y pragmática, los dos países podrán lograr que sus relaciones comerciales y económicas ofrezcan más beneficios a sus respectivos pueblos y al mundo.

Estados Unidos debe estar consciente de que es inviable tratar injustamente a China, obligándola a firmar un acuerdo desigual. Es una decisión totalmente equivocada.

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