TOKIO, 8 ago (Xinhua) -- El secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, calumnió este miércoles a China con términos como "agresión militar" y "economía depredadora". Tales calificativos absurdos están plagados de la típica arrogancia e hipocresía de EEUU.
El nuevo jefe del Pentágono hizo los comentarios en una reunión con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, durante su primer viaje al extranjero desde que asumió el cargo el mes pasado.
En el mundo de hoy, ¿qué país es el promotor de la paz y el desarrollo y qué país es el alborotador que está causando turbulencias en todo el mundo? ¿Quién es el defensor del orden internacional y quién descarta voluntariamente las reglas internacionales? Los hechos son la evidencia más fuerte.
China siempre ha sido una nación amante de la paz. Desde la fundación de la República Popular China hace 70 años, la paz y el desarrollo, la cooperación y el progreso del ganar-ganar han sido los temas de la diplomacia de China.
En esta nueva era de creciente interconexión global, China sigue firmemente comprometida con el camino del desarrollo pacífico, procura una estrategia de apertura de ganar-ganar y promueve activamente la construcción de una comunidad con un futuro compartido para la humanidad. China ha realizado esfuerzos sólidos y contribuciones positivas para la paz y el desarrollo de la humanidad.
Al contrario de lo que Esper llamó falsamente "agresión militar", China resolvió pacíficamente los problemas de límites con la mayoría de sus vecinos y abogó por la solución pacífica de las disputas para ayudar a promover la tranquilidad en el Mar Meridional de China.
Los que difunden rumores de "economía depredadora", hacen la vista gorda ante el hecho de que la Iniciativa de la Franja y la Ruta, propuesta por China, ha beneficiado a todos los países y personas que participan de ella.
Estados Unidos, como la nación más poderosa del mundo, se ha reivindicado durante mucho tiempo como el guardián de la paz y la seguridad mundiales. Sin embargo, lo que ha hecho el país ha demostrado lo contrario.
Con su potente fuerza militar, Estados Unidos lanzó o apoyó una serie de guerras, dejando a países como Afganistán, Irak, Libia y Siria en constante caos y derramamiento de sangre.
En los últimos años, Estados Unidos también ha desarrollado una nueva enfermedad: la "adicción a las retiradas". Se retiró sucesivamente del Acuerdo de París sobre el cambio climático, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, el acuerdo nuclear de Irán y el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio.
Al observar las turbulencias políticas, la crisis de refugiados y otras dificultades y desafíos en muchas partes del mundo actual, casi todos los problemas parecen estar relacionados con Estados Unidos.
Pero Washington parece rehuir sus debidas responsabilidades como la única superpotencia y está tratando de trasladar las cargas a los demás.
Una mentira contada mil veces sigue siendo una mentira. Los trucos para provocar problemas no pueden cambiar ni alterar la verdad.