En el "canal verde" de la Universidad de Chongqing, un estudiante de primer año recibe una bolsa subsidiada que incluye artículos de primera necesidad. (Foto: Chen Shichuan/ China Daily)
Nuevo comienzo
Xu Zhanlong, funcionario de alivio de la pobreza en el condado Xiahe, prefectura autónoma tibetana de Gannan, en Gansu, aseguró que sin el sistema de ayuda financiera estatal muchos estudiantes de su condado habrían elegido irse a trabajar por bajos salarios después de terminar los nueve años de educación obligatoria e incluso antes.
“Muchas familias de Xiahe tienen varios hijos. A los padres no le es posible apoyarlos a todos para que terminen la secundaria, y mucho menos matricularlos en la universidad”, añadió.
“Al igual que sus padres, después de terminar la secundaria, la mayoría de ellos se mudan a las grandes ciudades como trabajadores migrantes o encuentran empleo en la construcción de obras locales”, destacó Xu.
Ahora, el condado les ofrece a todos los estudiantes de familias empobrecidas 15 años de educación gratuita, desde el jardín de la infancia hasta la secundaria. Además, los funcionarios locales combaten la deserción escolar y les persuaden para que regresen a la escuela.
Gracias a este esfuerzo concertado, el año pasado las tasa de inscripción en los jardines de la infancia de Xiahe alcanzó el 91 por ciento, y la tasa para los estudiantes de secundaria alcanzó el 90 por ciento, ambos más alto que el promedio nacional, agregó Xu.
Liu Chunlan, estudiante de secundaria en Xiahe, ha recibido cerca de 6.600 renminbi en becas gubernamentales, monto que cubre sus gastos de matrícula, alojamiento y manutención.
La madre de Liu tiene afectada la columna vertebral y no puede realizar trabajo físico fuerte. Eso significa que en la familia de cuatro miembros solamente ingresa dinero el padre que trabaja como obrero de la construcción, agricultor y chofer de camiones.
Aunque la pobreza les obligó a abandonar la educación durante la escuela primaria, ellos están decididos que sus hijas no sufrirán por falta de oportunidades.
"Incluso cuando era muy pequeña, mis padres me inculcaron que el conocimiento puede cambiar el destino personal. He estudiado mucho para que el arduo trabajo de mis padres no se desperdicie", afirma Liu.
"Para apoyarnos y lograr seguir en la escuela, mi padre acomete cualquier trabajo que se le presente. Nunca se queja, no importa lo cansado que esté", afirma Liu, que aspira a estudiar un especialidad relacionada con la medicina, convertirse en médico y ayudar a su madre enferma.
Durante las vacaciones de verano, Duan se estaba preparando para el nuevo semestre y aprendiendo sobre sus nuevos estudiantes, Tang estaba en su dormitorio resolviendo diferentes problemas matemáticos y Liu, después de haber terminado sus deberes escolares, estaba ayudando a su madre con las tareas del hogar.
Sin las ayudas estatales, todos ellos probablemente se habrían convertido en trabajadores migrantes como tantos otros destinos de su aldea. Sin embargo, ahora pueden transitar un camino diferente.