Madrid, 21/11/2019 (El Pueblo en Línea) -La justicia francesa confirmó el martes la condena definitiva a dos años de cárcel exentos de cumplimiento del francés Pierre Le Guennec, el electricista del pintor Pablo Picasso, y de su esposa Danielle por haber escondido 271 obras del artista malagueño en un garaje durante 40 años, destaca El Mundo.
Estos jubilados franceses aseguraron durante el juicio que la viuda del pintor les había regalado las obras tras fallecer el artista. En este valioso lote de obras de arte había seis óleos, nueve collages cubistas y 28 litografías pintados por Picasso entre 1900 y 1930 y que no estaban inventariados cuando murió el pintor.
El Tribunal de Apelación de Lyon confirmó la sentencia de 2015 del Tribunal de Grasse que había condenado en primera instancia a la pareja a dos años de cárcel por tenencia de obras del pintor de Guernica y Las señoritas de Avignon. Los jubilados no estuvieron presentes cuando se leyó la sentencia.
La sentencia pone punto final a una larga batalla judicial entre esta pareja de jubilados franceses y los herederos del pintor.
El electricista, de 80 años, y su esposa, de 70, siguen sosteniendo que ellos son inocentes. Asegura que las obras fueron "un magnífico regalo" de Jacqueline Roque, última esposa de Picasso, por sus servicios. En plena pelea por la herencia del pintor, "Madame" (señora, en francés), como ellos llaman a la viuda de Picasso, les habría pedido que guardaran algunas pertenencias del artista. Cuando se las devolvieron, les habría dicho que se quedaran con esos dibujos que ellos ocultaron en su garaje, según la versión que siguen sosteniendo.
Al principio del litigio, Pierre y Danielle Le Guennec habían dado otra versión de los hechos. Dijeron que la donación se había realizado cuando el pintor estaba aún vivo y con su consentimiento. Picasso les habría regalo las pinturas por su leal servicio y la viuda se las habría entregado después de la muerte del pintor en 1973.
Durante cuatro décadas, la pareja mantuvo en secreto su tesoro, valorado entre 60 y 80 millones de euros, según la prensa francesa. La existencia de esta obras salió a la luz en 2010 cuando el electricista pidió a Claude Picasso que autentificara un cuaderno que contenía 91 bocetos de su padre. Estos dibujos formaban parte de las obras que esta pareja de jubilados franceses tenía ocultas en su garaje. Si querían vender las obras de Picasso en el mercado del arte, los Le Guennec necesitaban un certificado de que eran auténticos.
Tras el inesperado hallazgo de estas obras, cuya existencia se desconocía hasta entonces, los herederos de Picasso presentaron una denuncia no por robo, pues el delito ya había prescrito, sino por tenencia ilícita y ocultación. La justicia francesa abrió una investigación. Los herederos dudaban de que el pintor hubiera hecho ese valioso regalo al electricista.
Pierre y Danielle Le Guennec fueron condenados en primera instancia en 2015 y en Apelación en 2016. La condena a dos años cárcel fue anulada en 2018 por la Corte de Casación francesa al considera que el tribunal que había juzgado el caso inicialmente no había logrado demostrar que las obras de Picasso que esta pareja de jubilados tenían en su garaje "procedían de un robo", lo que obligó a repetir el juicio.