Comentario especial de Pueblo en Línea
Beijing, 13/05/2020 (El Pueblo en Línea) - En el Día de las Madres, celebrado el 10 de mayo, un ciudadano estadounidense criticó en las redes sociales que 80.040 madres estadounidenses habían perdido miembros de su familia en la pandemia debido a las pobres cualidades de liderazgo del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Ante las quejas del pueblo estadounidense y las dudas de la comunidad internacional, los funcionarios de EE.UU. no han logrado presentar medidas antipandémicas eficaces ni pruebas convincentes para culpar a China.
En cambio, han insistido en responsabilizar a China por el brote del COVID-19, lo cual es absolutamente absurdo.
China también es una víctima de la pandemia. Como ya ha anunciado la comunidad médica internacional y los organismos de inteligencia de Estados Unidos, el nuevo coronavirus fue resultado de causas naturales y no de la ingeniería genética.
A pesar de lo que afirman la ciencia y los hechos, algunos políticos estadounidenses han difundido continuamente el rumor de que el virus se fabricó en un laboratorio de Wuhan, justo en un momento en que la comunidad internacional necesita urgentemente promover la cooperación.
Si se piensa que un virus se originó en el país donde se informó por primera vez de su aparición, ¿eso significa que el VIH proviene de América? ¿Fue EE.UU. alguna vez el responsable cuando el VIH se propagó por el mundo?
De hecho, un alcalde de los EE.UU. ha señalado que en noviembre pasado fue infectado con el nuevo coronavirus. Cuatro meses antes de eso, una enfermedad respiratoria fatal se desató en una comunidad cerca del laboratorio de Fort Detrick en EE.UU., según informó la American Broadcasting Company.
Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos se ha negado a publicar los resultados de las pruebas de los pacientes. Esto lleva a que muchas personas se pregunten si acaso le teme a la posibilidad de que el virus haya escapado de ese laboratorio.
Mientras tanto, algunos estadounidenses han acusado repetidamente a China de encubrir la pandemia, fantaseando con que esa estratagema los excusará de su propia incompetencia.
La verdad es que desde el 3 de enero al 3 de febrero, China compartió 30 veces con EE.UU. información relacionada con la pandemia, algo que el gobierno de los EE.UU. nunca ha negado.
Lo que algunos funcionarios de EE.UU. dudan en admitir es que ellos mismos dejaron caer la pelota. Estados Unidos detectó el primer caso de neumonía el 20 de enero, pero sólo el 13 de marzo fue que Trump declaró la emergencia nacional por el nuevo coronavirus. Una cosa es segura: algunos políticos estadounidenses subestimaron severamente los riesgos al principio del brote.
Mientras tanto, la Casa Blanca ha estado ocupada tratando de salvar la presidencia de Trump, ya que él vive con la esperanza de que el virus desaparezca mágicamente.
La Casa Blanca también ha ignorado en más de una ocasión las advertencias de las agencias de inteligencia estadounidenses y Trump ha rechazado repetidamente las propuestas hechas por los departamentos profesionales de EE.UU. para implementar el aislamiento social, precisó el 8 de abril el New York Times.
Es bastante claro que la gravedad de la situación de la epidemia en EE.UU. es el resultado de la mala gobernanza de algunos de sus funcionarios. Por lo tanto, es deshonesto e irresponsable que algunos políticos estadounidenses le quieran pasar la pelota a China.
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(Web editor: 吴思萱, Rosa Liu)