Los principales candidatos a la presidencia de Brasil coinciden en la necesidad de una reforma para modernizar el sistema político brasileño, pero el análisis de sus propuestas programáticas revela que existen profundas divergencias con relación a cuál debería ser su contenido.
La propuesta de una reforma política amplia había sido lanzada por la presidenta Dilma Rousseff en junio de 2013, como respuesta a las manifestaciones populares que se extendieron por todo el país, pero no tuvo el apoyo necesario en el Congreso.
En la presente campaña electoral la reforma es defendida tanto por Rousseff, que buscará la reelección en octubre por el Partido de los Trabajadores (PT), como sus principales adversarios, Marina Silva, del Partido Socialista Brasileño (PSB), y Aecio Neves, del Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB).
El tema estuvo inclusive en el centro del debate que los candidatos protagonizaron en la noche del martes en Aparecida, interior de Sao Paulo, promovido por la Confederación Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), que reclamó esa reforma como un eje fundamental del debate electoral.
La presidenta Rousseff reivindica un plesbicito popular para definir la reforma; Marina Silva destacó problemas de representatividad en el sistema político actual; y Aecio Neves destacó sobre todo la necesidad de poner fin a la reelección presidencial.
El gobernante PT subraya la necesidad de resolver "distorsiones" en el sistema político, proponiendo el fin del financiamiento privado de los partidos y la adopción de listas cerradas en las elecciones, para que los electores voten sólo en partidos políticos.
La mandataria subraya que, para tener legitimidad, cualquier tipo de reforma política debe pasar por un plebiscito o consulta popular.
"Estoy de acuerdo con cuatro puntos: fin del financiamiento privado de campañas, participación proporcional de las mujeres, el voto en segunda vuelta de listas partidarias y el fin de las coaliciones. Brasil precisa mucho de esa reforma", señaló.
En el debate, Rousseff defendió su propuesta de una Asamblea Constituyente exclusiva para la reforma, alertando al mismo tiempo el peligro que representa el rechazo a los partidos.
"Creo que esa reforma política intenta renovar y transformar los partidos políticos existentes. No existe democracia en el mundo sin partidos. Cuando los partidos no existen, poderosos mandan detrás de la escena. Y el camino es la dictadura, o las restricciones de las libertades", afirmó.
El programa de gobierno de Marina Silva es el que trata de manera más detallada la cuestión de la reforma política, oponiéndose frontalmente a la defensa de las estructuras partidarias ostenida por el PT, y defendiendo cambios en la legislación electoral para reducir el costo de las campañas.
La candidata del PSB propone eliminar la exigencia de filiación partidaria a los candidatos, para que los ciudadanos puedan postularse directamente a los cargos electivos.
Para Silva, es necesario ampliar el uso de los instrumentos de democracia directa, con el uso más frecuente de plebiscitos y referendos, disminuyendo el número de firmas exigidas para la presentación de proyectos de ley de iniciativa popular.
Según el programa presentado al Tribunal Superior Electoral (TSE), el PSB afirma que "en Brasil hay una libertad casi ilimitada en el financiamiento privado a los partidos, lo que resulta en competencia en base a condiciones absolutamente deiguales".
La reforma del sistema de financiamiento partidario devolvería a los ciudadanos "su capacidad de ejercer influencia en las instancias de elección política de los representantes, de forma ecuánime".
Silva afirma que "buena parte de las instituciones políticas no nos representa", recordando los reclamos surgidos en las manifestaciones populares de junio de 2013.
"Tratamos ese tema en nuestro programa, no como propuesta lista y acabada, sino para que sea capaz de ayudar al proceso político y que vuelva a haber una relación entre representantes y representados", dijo en el debate.
Por su parte, el documento programático presentado por el PSDB a la Justicia Electoral señala la necesidad de la reforma para "tornar más confiable y transparente" la representación política.
Neves rechaza la realización de un plebiscito para la reforma política, y sugiere un referendum, es decir, una consulta popular para aprobar o rechazar un modelo previamente establecido por el Congreso.
El socialdemócrata Aecio Neves declaró que "la reforma política es la madre de todas las reformas" y defiende en especial "el fin de la reelección" y "un mandato de cinco años para todos los cargos".
La socialdemocracia defiende además la implantación del voto distrital mixto en el proceso electoral, lo que significa una combinación de voto proporcional con el mayoritario.
El voto proporcional sería aplicado a la elección en partidos, mientras que el mayoritario iría para los candidatos de cada distrito electos previamente por cada uno de los partidos, venciendo el más votado.
Con relación al financiamiento de las fuerzas políticas, Neves afirma que eliminar los aportes del sector privado y financiar exclusivamente la actividad política con recursos públicos estimularía la práctica de "caja dos" (financiamiento clandestino) en las campañas electorales.