Por Rogelio del Río
LA HABANA, 9 oct (Xinhua) -- El Programa de Agricultura Urbana y Suburbana se ha extendido a toda Cuba, con el propósito de hacer de cada pedazo de tierra cultivable una zona productiva para incrementar los alimentos y satisfacer la demanda de la población local.
Con casi 27 años de existencia, este sistema se ha consolidado como un movimiento productivo extensionista formado por organopónicos, huertos intensivos, patios y parcelas familiares y fincas suburbanas.
Autoridades del sector sostienen que desde su introducción en la ínsula, este tipo de producción agrícola ha demostrado ser un movimiento de producción "sostenible", con participación de la comunidad y la ventaja de acercar los productos al consumidor.
Su objetivo principal es aumentar la producción de alimentos, a fin de reducir las costosas importaciones en un área considerada estratégica en la economía del país.
El proyecto surgió en diciembre de 1987 y luego de transitar por diferentes etapas, fue en 2009 que asumió su nombre actual y comenzó a abarcar la producción de alimentos, plantas medicinales, ornamentales y flores, la forestación y otras actividades agrícolas dentro del área de las ciudades y poblados y su periferia inmediata.
En su concepción, el Programa cuenta con unos 10 kilómetros de radio en capitales de provincia, unos 5 km en torno a las cabeceras municipales y cerca de 2 kilómetros alrededor de los poblados de más de 1.000 habitantes que no sean cabeceras municipales.
Entre sus logros más importantes figura una mejoría en las ofertas a la población de vegetales frescos, condimentos y frutas, entre otros productos, como resultado del pago salarial por los resultados productivos.
Otro beneficio es la disminución de la presión sobre las tierras sometidas a muchos años de explotación, en las cuales se hace más caro y difícil mantener los cultivos.
Nelson Campanioni, secretario ejecutivo del Programa, informó hace dos días en la televisión local que el movimiento cuenta en la actualidad con más de 96.000 fincas en el país, y produce el 50 por ciento de los hortalizas que consume la población.
Indicó que en esas granjas también se cultivan frutales, plátanos, forestales, café y cacao, flores, plantas medicinales, apicultura, semillas, además de producción avícola y acuicultura.
"Como este año la ONU lo declaró como el Año de la Agricultura Familiar, estamos enfrascados en un amplio programa de actividades dedicadas a ello, que concluirá en 2015 con un importante evento", subrayó Campanioni.
Julio Martínez Roque, delegado de la Agricultura en La Habana, precisó que en el caso de la capital cubana, la zona más poblada y urbanizada de la nación caribeña, el plan gana cada vez más adeptos y ya suma más de 700 fincas en sus 15 municipios.
En Cuba la reanimación de la agricultura para aumentar la producción de alimentos es considerada por el gobierno como un "reto inaplazable" y un asunto de "seguridad nacional", para reducir las importaciones que en los últimos años sobrepasaron los 1.500 millones de dólares en compras de alimentos.
Fuentes del ministerio de la Agricultura indicaron que los mayores retos del Programa están en las provincias del extremo oriental de Cuba, donde los suelos son en su mayoría poco fértiles, afectados fundamentalmente por la salinidad y la erosión.
Otro de los desafíos es incrementar la producción de frutas y "rescatar" las variedades casi desaparecidas de los campos cubanos, como el níspero, la chirimoya, el anón, la guanábana, el caimito y la bergamota.
Según datos de Naciones Unidas, casi la mitad de la población mundial se dedica total o parcialmente a la agricultura, localizándose las mayores cantidades en Africa, Asia y América del Sur.