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El gran reto de AL es generar empleo formal

Actualizado a las 16/10/2014 - 09:15
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Uno de los retos de América Latina y el Caribe es disminuir la informalidad laboral y generar empleo digno en los próximos 10 años, en un escenario de incertidumbre por la recesión mundial, teniendo como mira la reducción de la desigualdad social que caracteriza a la región.

El director general de la Organización Internacional de Trabajo (OIT), Guy Ryder, en el marco de la XVIII Reunión Regional Americana de la OIT que se desarrolla en la capital peruana del 13 al 16 de octubre, indicó que la región creció en promedio a altas tasas a partir de la segunda mitad de la primera década de este siglo.

Este crecimiento llegó a su pico en 2010 con un crecimiento promedio del 6 por ciento, por los mejores precios internacionales de los recursos naturales ante una mayor demanda externa, pero desde 2012 se ha iniciado un proceso de desaceleración por la menor cotización de las materias primas y por carencia de tecnología para dar mayor valor agregado a sus exportaciones, y la recesión económica y financiera de las naciones desarrolladas.

"En momentos en que se habla mucho en la región y, más allá, de la necesidad de reformas estructurales, de mejorar la productividad y competitividad de sus economías, es importante entender que el diálogo entre Estado, empresarios y trabajadores es una herramienta y no un obstáculo para fomentar mejoras en estos campos", declaró Ryder.

Según estadísticas de la OIT, América Latina y el Caribe requieren generar 43 millones y medio de empleos entre 2014 y el 2023, para así mantener la tasa de desempleo pleno por debajo del 7 por ciento.

Actualmente son 14 millones 800.000 personas que buscan trabajo formal y otros 130 millones lo hacen en el mercado informal; en ambos grupos, la gran mayoría no tiene opciones de conseguir empleos dignos, con acceso a derechos sociales, a una jubilación o una pensión justa.

Al respecto, la consultora peruana Macroconsult aseveró sobre una situación irregular del mercado laboral: Un gran número de trabajadores informales trabajan en empresas formales.

Mayoritariamente de los sectores comercio, construcción y educación, esto generado por la normatividad laboral y el aprovechamiento de algunas empresas para incumplir con la legislación.

A ello se suma que el futuro para 22 millones de jóvenes (entre 18 y 24 años de edad) sea sombrío, porque incluso gran parte de ellos no cuentan con opciones económicas para estudiar o capacitarse en el objetivo de mejorar sus empleos.

También es incierto el mañana de al menos 12 millones 500.000 niños latinoamericanos (la cifra a nivel mundial es de unos 168 millones), que deben contribuir a la manutención familiar, desempeñando diversas labores en paupérrimas condiciones, incluso siendo explotados por terceros (hasta sexualmente).

Los menores son obligados a abandonar temporal o totalmente sus estudios escolares y hasta su tierna infancia, tanto en las áreas urbanas y acaso, en forma más amplia, en las rurales.

En el marco de la cita de la OIT, 25 países acordaron y suscribieron una Declaración para erradicar el trabajo infantil en todas sus expresiones.

La iniciativa tiene como mandato agilizar la erradicación del trabajo infantil mediante la coordinación institucional, considerando que su existencia profundiza la inequidad social y priva a los menores de edad de educarse y capacitarse tanto en beneficio de su desarrollo personal y entorno familiar.

El documento se enmarca en los Objetivos de Desarrollo para el 2030, en que se señala "Promover un crecimiento económico duradero, inclusivo y sostenible y trabajo decente para todos".

Según cifras de la OIT a nivel mundial unos 168 millones de niños y adolescentes, 12 millones 500.000 de América y El Caribe, cumplen alguna actividad laboral, sin derechos ni beneficios sociales, con magros ingresos, agudizando la desigualdad y su vulnerabilidad.

Al respecto, Guy Ryder, señaló que los menores no solo son explotados sino también expuestos al maltrato, por lo que es necesario fomentar el diálogo en la región como herramienta para alcanzar consensos y alcanzar el bienestar general con equidad y mejores oportunidades.

En el acto inaugural de la XVIII Reunión Regional Americana, el pasado lunes 13, el mandatario peruano, Ollanta Humala, tras afirmar que el Perú ha asumido los objetivos de los compromisos de la OIT, mediante la política de crecimiento económico con inclusión social, refirió que aún hay muchos desafíos por superar con el concurso tripartito (Estado, empleadores y trabajadores) a fin de lograr un equilibrio en el mercado laboral y consolidar la equidad social.

Entre esos retos están el desterrar la informalidad, evitar la inestabilidad laboral y erradicar la explotación infantil, produciendo oportunidades y sosteniendo políticas definidas en el tiempo a fin de compartir la riqueza y el bienestar en igualdad de condiciones.

En el Perú se estima que el 70 por ciento de la Población Económica Activa (PEA) está en el terreno informal y el 43 por ciento recibe ingresos por debajo del sueldo mínimo vital (smv).

En ese ámbito, el país sudamericano, en los tres últimos años, con el sostenido crecimiento del PBI, a un promedio del 6 por ciento anual hasta el 2012, ha creado 739.000 puestos de trabajo, un tercio de ellos a nivel de la urbe capitalina y dos tercios en provincias.

Empero, un retroceso o un menor ritmo en el crecimiento del PBI a nivel latinoamericano y caribeño determinará un impacto negativo en la generación no solo de empleo sino de mejores condiciones de vida. Se estima a nivel regional un crecimiento promedio de 3,1 por ciento para este año y un incremento de un punto hacia el próximo.

En ese sentido, los gobiernos tienden a calibrar sus respectivas políticas generales, apuntando a prever en cuánto crecerá el PBI y en función a ello tomar decisiones para incrementar determinados porcentajes, verbigracia, en educación y ciencia y tecnología, y poder contar en la siguiente mañana con profesionales aptos tanto para cubrir la demanda del mercado laboral como seguir reduciendo los niveles de informalidad.

"El trabajo es un derecho fundamental de la persona", subrayó el mandatario peruano y el director general de la OIT enfatizó en "que no creo que la competitividad y la productividad de un país pasen por la reducción del salario ni por la reducción de las condiciones labores".

Ambos coincidían y exhortaban a los 400 delegados presentes en la XVIII reunión el producir lineamientos rectores para políticas laborales que deben sumarse a inversiones en capital humano y la utilización de tecnologías de punta.

Las reuniones regionales de la OIT se realizan cada cuatro años en cada una de las regiones: Asia y el Pacífico, las Américas, Africa y Europa, y es la única agencia del Sistema de las Naciones Unidas en la cual los Estados tienen representantes tripartitas.

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