BRASILIA, 26 oct (Xinhua) -- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, reelecta este domingo para un segundo mandato de cuatro años, afirmó esta noche, en primer discurso tras la victoria, que su primer compromiso será el diálogo, y se comprometió a impulsar los grandes cambios que el país necesita.
Rousseff ofreció este discurso en un acto en el hotel Golden Tulip, localizado próximo al Palacio de Alvorada, residencia oficial de la Presidencia en Brasilia, acompañada por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) y otros dirigentes aliados.
A continuación, los fragmentos más destacados del discurso de la presidenta, quien asumirá su segundo mandato el próximo 1 de enero de 2015:
"Llegamos al final de una disputa electoral que movilizó intensamente todas las fuerzas de la nación. Como vencedora de esas elecciones históricas tengo palabras de agradecimiento y convocatoria.
Agradezco a los partidos políticos y a su militancia que sostuvieron nuestra alianza y fueron decisivos para esta victoria. Agradezco desde el fondo de mi corazón al militante número uno de las causas del pueblo de Brasil, al presidente Lula.
Convoco sin excepción a todas las brasileñas y los brasileños para unirnos en favor del futuro de nuestra patria, de nuestro país y nuestro pueblo. No creo que estas elecciones hayan dividido el país a la mitad. Entiendo sí que se movilizaron ideas y emociones a veces contradictorias, pero movidas por un sentimiento común, la búsqueda de un futuro mejor para el país.
En vez de ampliar divergencias, creo que la energía pueda haber creado el terreno para la construcción de puentes. El calor de la disputa puede ser convertido en energía positiva para un nuevo momento en Brasil.
Con la fuerza de ese sentimiento movilizador, podemos hacer una base de entendimiento que puede hacer al país avanzar. A veces resultados apretados hicieron avanzar más.
Esa es mi certeza de lo que va a ocurrir a partir de ahora en Brasil. El choque de posiciones puede producir espacios de consenso para promover grandes cambios.
Mis primeras palabras son por lo tanto de llamado a la unión. Unión no significa necesariamente unidad de ideas o unidad monolítica, sino disposición para el diálogo. Esta presidenta está dispuesta al diálogo. Este es mi primer compromiso para el segundo mandato.
Toda elección tiene que ser vista como una forma pacífica y segura de cambio de un país, principalmente para nosotros que vivimos en una de las mayores democracias del mundo.
Quiero ser una presidenta mucho mejor de lo que fui hasta ahora. Ese sentimiento de superación debe impulsar no sólo al Gobierno y a mi persona, sino a toda la nación.
Algunas palabras y temas dominaron esta campaña. La palabra más dominante fue cambio, el tema más ampliamente invocado fue reforma. Sé que soy reconducida a la presidencia para hacer los grandes cambios que la sociedad brasileña exige.
Sé del poder que cada presidente tiene de liderar las grandes causas populares, y yo lo haré. Mi disposición más profunda es liderar de forma más pacífica y democrática ese momento transformador. Estoy dispuesta a abrir un gran espacio de diálogo para encontrar las respuestas más rápidas.
Entre las reformas la primera y más importante debe ser la reforma política. Mi compromiso, como quedó claro en la campaña, es lanzar esta reforma que es responsabilidad constitucional del Congreso y debe movilizar a la sociedad en un plebiscito por medio de una consulta popular.
Quiero discutir ese tema profundamente con el nuevo Congreso Nacional y con toda la población brasileña, con todos los partidos políticos, los movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil.
Tendré un compromiso riguroso en el combate a la corrupción, fortaleciendo las instituciones de control y cambios en la legislación actual para acabar con la impunidad, que es la protectora de la corrupción.
Promoveré con urgencia acciones localizadas, en especial en la economía para que retomemos el ritmo de crecimiento, continuemos asegurando el nivel alto del empleo y valorización de los salarios.
Quiero la cooperación de todos los sectores productivos y financieros que es responsabilidad de cada uno de nosotros. Seguiré combatiendo con rigor la inflación y observando la responsabilidad fiscal.
Brasil salió mayor de esta disputa, y sé la responsabilidad que pesa sobre mis hombros. Vamos a seguir construyendo un Brasil mejor, más moderno, más inclusivo, un país de las oportunidades.
Un país que valora el trabajo y la energía emprendedora, que mira a las personas, con una mirada especial para las mujeres, los negros y los jóvenes.
Hoy estoy mucho más fuerte, más serena y más madura para esa tarea que me delegaron. Una vez más, Brasil, esta hija tuya no huirá de la lucha", manifestó Rousseff.